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Vetada la presencia de Solé Tura en la mayor fiesta literaria catalana

El titular de Cultura califica el incidente de acto de "miseria intelectual"

El ministro de Cultura, Jordi Solé Tura, manifestó ayer en Barcelona que no había asistido a la fiesta literaria de la Nit de Santa Llúcia, que se celebró el sábado en el Palau Sant Jordi, porque no le quisieron invitar o porque se perdió la invitación. Josep Millàs, presidente de la entidad organizadora de la fiesta, Òmnium Cultural, confirmó que habían rechazado la presencia de Solé Tura "porque invitamos a quien queremos", y calificó de "rabieta" la reacción del ministro.

"Los organizadores me vetaron", dijo Solé Tura, "lo que me parece un acto lamentable de miseria intelectual que a mi personalmente no me afecta, pero que puede crear problemas en el futuro, ya que se trataba del rechazo a un ministro". Solé Tura -que calificó de "sectarismo ridículo" y de "imbécil" la postura de quienes le rechazaron- explicó que "al ponerse en contacto mi secretaria con los organizadores de la fiesta, le dijeron que no sabían quién era ese señor que se llamaba Solé Tura".Josep Millás, presidente de Omnium Cultural -entidad que organiza la fiesta literaria- confirmó que habían rechazado la presencia del ministro en el acto porque "hemos querido mantener la tradición de invitar sólo a. representantes de las instituciones catalanas".

"A las seis de la tarde del viernes", según la versión de Millás, "recibimos en ómnium una llamada en castellano de una chica del ministerio que nos dijo. 'Le notificamos que el sábado por la tarde el ministro asistirá a la Fiesta de Santa Llúcia'. Nos llevamos una sorpresa, porque nosotros invitamos cada año a los representantes de las instituciones catalanas, pero no a los del Ministerio de Cultura".

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y el alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, sí asistieron a la fiesta de Santa Llúcia, aunque no mencionaron en ningún momento la ausencia del ministro. Pujol hizo, en el discurso de clausura, un elogio de la trayectoria de ómnium, entidad que se ha caracterizado desde su creación, en 1961, por su defensa de la cultura catalana.

"Nos pareció muy fuerte la llamada del ministerio", manifestó Millás, "ya que se trataba de una autoinvitación en forma de notificación y se trata de una fiesta para nuestros socios y de las letras catalanas e invitamos a quien nos parece conveniente".

Después de la notificación, Omnium esperó una confirmación por escrito o un contacto a nivel de protocolo y, al no producirse, entraron en contacto con protocolo del Ayuntamiento de Barcelona, a quien manifestaron que no deseaban la presencia del ministro porque no le habían invitado. Según algunas versiones, los dirigentes de ómnium Cultural llegaron a amenazar con levantarse de la fiesta y marcharse si Jordi Solé Tura hacía acto de presencia.

Al tener conocimiento de las declaraciones efectuadas ayer por el ministro de Cultura, Josep Millás comentó: "No comprendemos su rabieta. El ministro quizás está nervioso o le ha afectado el terremoto del domingo, pero Omnium ha querido mantener la tradición de no invitar nunca al ministro. La notificación nos sentó muy mal, porque daba la impresión de que esas cosas ya no se hacían en los tiempos que corren".

El conseller de Cultura de la Generalitat, Joan Guitart, se negó a comentar ayer el hecho, y opinó que se trata de una cuestión privada de Omnium Cultural.

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