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"No guardo rencor en mi corazón", dice Bush en Pearl Harbor

Antonio Caño

"No guardo ningún rencor en mi corazón", dijo el presidente norteamericano, George Bush, para detener cualquier renacimiento del sentimiento antijaponés al cumplirse el 50º aniversario del ataque contra la base de Pearl Harbor. En tres discursos emocionantes en los que el presidente llegó a derramar sus lágrimas, Bush afirmó ayer que los enemigos de ayer "son los amigos de hoy", y aseguró que la democracia y la libertad 9legarán también a China, Vietnam, Corea del Norte y Birmania [Myanmar]", cuatro países asiáticos con regímenes dictatoriales.

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A las 7.55 en punto, la hora exacta en que comenzó el bombardeo hace 50 años, el poderoso buque Chosin, uno de los símbolos del poder de la flota norteamericana, cruzó la bahía de Pearl Harbor haciendo sonar su sirena. El presidente Bush y todos los asistentes a una ceremonia en el Arizona Memorial guardaron un minuto de silencio.Instantes después, Bush y su esposa, Barbara, arrojaron flores sobre las aguas en las que perdieron la vida 2.400 norteamericanos. Al otro lado de la bahía permanecía amarrado el USS Missouri, el barco sobre el que el general Douglas MacArthur aceptó la rendición de los japoneses el 12 de septiembre de 1945.

Todo eso es historia, dijo el presidente. Una historia que no debe ser olvidada, pero que debe ser entendida con la perspectiva del tiempo transcurrido. Bush señaló que todo el mundo tiene que tener claro que la II Guerra Mundial ya terminó, y que fue Estados Unidos el que la ganó. Fue también la victoria norteamericana en esa guerra la que permitió convertir en aliados a los viejos enemigos, Alemania, Italia y Japón.

Bush añadió, tratando de salir al paso de un nuevo brote antijaponés en Estados Unidos, que "no fue una guerra contra naciones ni contra razas", sino una guerra "por la libertad, por la dignidad humana y contra la pesadilla del totalitarismo".

El presidente afirmó que las vidas entregadas por miles de norteamericanos en esa guerra no fueron en vano. Gracias a ellos, dijo, "el totalitarismo ha entrado en su momento final en toda la Tierra". "Sí, China, Vietnam, Corea del Norte y Birmania serán libres también", aseguró.

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Cosas "injustas"

George Bush adinitió que Estados Unidos también hizo cosas "injustas" en esa guerra. Citó el internamiento en campos de refugiados de 120.000 ciudadanos norteamericanos de origen japonés por el único delito del color de su piel.Al mismo tiempo, dio la impresión de no estar interesado en unas disculpas, oficiales por parte del Gobierno japonés por el bombardeo contra Pearl Harbor, y valoró la promesa del Gobierno nipón de iniciar "una profunda reflexión" sobre un ataque que, a la larga, provocó la destrucción del imperio japonés.

"Ésta no es la hora de recriminaciones ni de mirar hacia atrás. Es tiempo de mirar hacia adelante, es tiempo de una competencia justa en un mundo libre y democrático", declaró Bush en una respuesta a la cadena de televisión CNN sobre si creía necesario que el Gobierno japonés pidiera perdón por lo ocurrido el 7 de diciembre de 1941. El presidente añadió que comprendía el dolor de los combatientes que perdieron a sus compañeros aquí, pero exhortó a todos a mirar hoy a Japón como a un amigo.

Más de uno de los residentes en Hawai experimentó, al amanecer de ayer, la tentación de mirar al cielo, imaginando cómo se vería hace 50 años, momentos antes del devastador ataque japonés sobre Pearl Harbor.

"Pero la vida corre más deprisa que los recuerdos", decía ayer uno de los supervivientes. "Hoy estamos aquí para pedir perdón por el daño que les hicimos y para desear que ellos nos pidan perdón por el daño que nos hicieron", añadió.

Seguramente ésta es la última oportunidad en la que se celebra Pearl Harbor. Será también la última vez en la que los supervivientes de aquella fecha se coloquen las medallas sobre el pecho. Hoy el mundo se rige por otras reglas.

Reducción de fuerzas

Estados Unidos está en proceso de reducir sustancialmente sus fuerzas armadas porque, como reconoció Bush, "ningún enemigo amenaza a los norteamericanos". Pero el ejemplo de Pearl Harbor seguirá vivo, añadió el presidente, para evitar cualquier riesgo de que Estados Unidos vuelva a aislarse del resto del mundo.

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