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TOUR DE FRANCIA 1991

Induráin: "No tengo la fibra patriótica"

Luis Gómez

El diario deportivo francés L'Equipe publicó ayer una entrevista con Miguel Induráin en la que el líder del Tour rechazaba los conceptos patrióticos. "Je me moque d'être espagnol" ("Me importa un comino ser español"), titulaba la entrevista L'Equipe, en la que el corredor también decía: "No tengo la fibra patriótica". Induráin matizó ayer esas declaraciones "Lo de L'Equipe ha sido una mala traducción, una mala interpretación. Lo que yo quería decir es que las fronteras, todo lo que hay en el mundo montado sobre ser español o ser de otro sitio, no me alegra".

L. G., "No soy un español en el sentido tópico", dice Induráin en sus declaraciones a L'Equipe. "Por ejemplo, tengo miedo de los toros, y, cuando era más joven, sólo iba a la plaza, nunca a los encierros. De hecho, me importa un comino ser español. No tengo la fibra patriótica".Ante la pregunta de si se considera vasco, L'Equipe recoge estas declaraciones de Induráin: "Yo soy de Navarra. Es casi la misma cosa. Vivimos todos en un perímetro muy reducido: los vascos, los navarros y los aragoneses. Al principio, los vascos me llamaban Mikel. En Madrid, Miguelón, que es mucho más cariñoso; y los franceses Migouël, pero yo me llamo Miguel".

"Ser español es una satisfacción. En España es donde mejor se vive. Me siento contento de serlo", dijo ayer Induráin, saliendo al paso del titular de L'Equipe. "Sí, soy español por los cuatro costados. Cuanto más hablas, más interpretaciones hay, porque cada uno entiende lo que quiere. Ha habido un malentendido. Ya he tenido muchos jaleos con lo de ser español o vasco. Para mí, repito, las fronteras no están bien. Me llevo bien con un francés, con un italiano, pero me da igual las fronteras que pueda haber entre cada país. Ser español me hace ilusión, pero no le doy un valor... Podría ser de otro sitio tranquilamente. Cada uno ha entendido lo que ha querido".

En la entrevista a L'Equipe estaban presentes Induráin; el periodista que la firmaba, Philippe Brunel; su mujer, que es española; y Francis Lafargue, relaciones públicas de Banesto, que es francés. Induráin contestaba en español y algo de francés, y fue la mujer del periodista quien tradujo la conversación. El propio Brunel reconoció que el titular, escrito en la redacción de París, estaba sacado del contexto. Se encontraba muy molesto y no descartaba que hoy se hiciera una nota en su periódico. Según él, el sentido de la frase de Induráin no era ése. Sólo quería reflejar el hecho de que no sentía el patriotismo de otros. Francis Lafargue, por su parte, negó que Induráin hubiera hecho esas declaraciones.

En la misma entrevista a L'Equipe, Induráin realiza una reflexión sobre sí mismo: "Soy un corredor moderno y atípico, porque, antes de mí, los campeones españoles han sido siempre especialistas en la montaña, pequeños y chaparros. Es un problema generacional, porque el hombre de la calle es más bien grande en mi país. Dicho esto, soy muy reservado, más bien frío, como la gente de mi región".

"Mis padres son gente sencilla y religiosa, a los que también les importa un comino si soy campeón. Se preocuparon un poco cuando dejé los estudios", añade Induráin, "y quizá les hubiera hecho ilusión que su hijo se dedicara a la agricultura. En mi casa tenía una bicicleta para ir por los campos, pero jamás conservaba fotos de ciclistas ni sabía nada de la historia del ciclismo. No tenía ídolos. Al ciclismo llegué por casualidad. Un día me presenté a una carrera; logré el segundo puesto y me dieron un bocadillo y una Fanta, y eso me gustó. Pero si me dedico a algo público es para encontrar la tranquilidad en el futuro. Dentro de dos o tres años espero tener el suficiente dinero para hacer una vida tranquila".

La Prensa y Delgado

A pesar de su frialdad, Induráin asegura que llegó a perder la paciencia en la etapa que finalizó en Jaca: "No tengo problemas con los nervios. Siempre intento mantener el equilibrio. Pero al llegar a Jaca monté en cólera porque los periodistas españoles habían sido muy críticos con mi equipo".

Respecto a su relación con Pedro Delgado, Induráin es muy claro: "Siempre le he ayudado, porque era una especie de ídolo para todo el mundo, por espíritu de equipo y también por amistad".

El líder también criticó la actitud de algunos aficionados españoles: "Antes se entusiasmaban por la carrera y daban agua a todo el mundo, sin importarles el corredor. Era lo más bonito del ciclismo. Ahora se inflaman con sus corredores y consideran a los otros como enemigos a batir".

Con respecto a su hermano Prudencio, Induráin, cree que todavía es un ciclista inmaduro: "Es más grande que yo y mucho más perezoso. De momento, ayuda a mi padre a recoger el trigo, que ya es mucho". Finalmente, asegura que no quiere cambiar de equipo: "Me gustaría seguir donde estoy. No podría soportar el cambio de relaciones humanas".

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