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Mil cineastas europeos exigen a la CE que no liberalice la política audiovisual

Acusan en un manifiesto a Bruselas de no diferenciar "entre un zapato y una película"

Un millar de actores, directores, escritores, técnicos y productores del cine y la televisión de varios países europeos han lanzado un durísimo ataque contra Jacques Delors y la Comisión Europea que preside, acusados de no diferenciar entre un zapato y una película. Según ese millar de indignados creadores y profesionales, la "brutal" y "simplista" defensa de la libertad de comercio de los "eurócratas" de Bruselas amenaza las producciones culturales de los países del Viejo Continente.

Federico Fellini, Milos Forman Wim Weriders, Jean-Paul Belmondo, Claudia Cardinale, Ge rard Depardieu, Francesco Rosi Louis Malle, Marco Bellocchio, Juan Antonio Bardem, Marco Ferreri y Luc Besson forman parte del nutrido grupo de gentes del cine y la televisión que estiman que Jacques Delors no aplica la regla que él mismo definió un día al proclamar: "La cultura no es una mercancía como las otras y no debe ser tratada como tal".En un manifiesto difundido estos días por diversos diarios europeos bajo el título Por una verdadera Europa'de la cultura, los personajes mencionados y cientos de otros critican la directiva "Televisión sin frontera? y en general la política liberal de la Comunidad Europea.

En su opinión, los "eurócratas" estan empeñados en destruir los actuales sistemas de protección adoptados por cada país europeo para salvaguardar sus producciones culturales, en particular los audivisuales.

Los firmantes van más lejos y subrayan que, en realidad, los lleurocrata? ni tan siquiera se plantean sustituir las amenazadas producciones nacionales por una producción colectiva europea.

"SI no se efectuan urgentes correcciones la aplicación de las reglas del Mercado Unico a la actividad cultural significará la importación masiva de productos procedentes de otros continentes", afirman los firmantes del manifiesto. Dicho con otras palabras, el liberalismo de Bruselas sólo hace el juego a las industrias. norteamericana y japonesa.

En opinión del millar de firmantes, la ausencia de "una verdadera política cultura europea" obliga a mantener por el momento los diferentes sistemas nacionales de protección de las respectivas producciones audiovisuales.

Ideología

El gran argumento del manifiesto es el hecho de que las normativas de la Comunidad Europea pretenden aplicar el mismo tratamiento a los tornillos y a "obras de imaginación que expresan el genio propio de un pueblo".

La "Ideología eurócrata" considera a las obras audiovisuales como meras mercancías cuya libre circulación debe ser garantizada a todo precio.

En definitiva la polémica abierta por la difusión del manifiesto de los creadores y profesionales es una nueva batalla del viejo enfrentamiento entre la concepcion comercial y la concep'ción cultural del cine y la televisión. Los firmantes del manifiesto levantan el estandarte de la segunda visión frente al "mercantilismo" de Delors y los suyos.

En los últimos tiempos la Comisión Europea está atacando con dureza las medidas de protección de diferentes países europeos. A los gobiernos francés e italiano se les reprocha su política de protección de las industrias cinematográficas nacionales mediante el establecimiento de sistemas de cuotas a respetar por las cadenas de televisión de esos países. La Comisión Europea también pone en cuestión la ayuda belga a la radiodifusión nacional.

La llamada "batalla de la cuota? estalló durante la discusión, en 1989, de la directiva Television sin Fronteras. Pese a los deseos de la mayoría de los creadores y profesionales, los Doce no se atrevieron a fijar con precisión un sistema mínimo de cuotas europeas. Y ello a Fin de no enfadar a los norteamericanos La aplicación en los países europeos de la directiva Televisión sin Fronteras significará una nueva invasión masiva de telefilmes, largometrajes y series dramáticas procedentes de Estados Unidos. Tras Televisión sin Fronteras están, además de los productores franceses, las cadenas privadas Canal Plus, La Ciriq y M6. Los productores franceses pretenden, como primer paso, la supresión de las "supercuotas", que se aplican en los horarios de máxima difusión.

Además de los nombres famosos que firman el manifiesto, tras la iniciativa están organizaciones como la Sociedad de Autores y Compositores Dramáticos, la Sociedad de Realizadores de Películas y la Federación Internacional de Actores.

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