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Un ex ministro critica a Major por el 'poll tax'

La guerra para destruir el poll tax amenaza con ser más larga y cruenta de lo que los conservadores hubiesen deseado. Los cambios anunciados la semana pasada en la fiscalidad municipal no han satisfecho a los electores, y hasta el ex ministro de Hacienda Nigel Lawson ha saltado a la palestra con un ánimo crítico que ha dejado estupefacto y sumido en la ira al primer ministro, John Major.

Estas críticas han hecho feliz a la oposición laborista, que hoy presenta una moción de censura contra el Gobierno, sin posibilidad de triunfo pero con alta carga irritante.

Las palabras del ex ministro Lawson llegaron en los últimos estadios de la discusión sobre el presupuesto presentado hace una semana, y se produjeron a última hora del lunes ante una Cámara medio vacía.

El eco, sin embargo, ha retumbado en todo Whitehall y ha producido instintivas reacciones cargadas de agresividad contra la presunta falta de lealtad del ex ministro, al que se ha recordado su fracaso en la consecución de objetivos logrados por Major.

Lawson nunca ha ocultado la repulsa que le produce el poll-tax, que, ha vuelto a repetir, no merece otro tratamiento que la completa abolición. La propuesta presentada por Michael Heseltine, ministro de Medio Ambiente, de sustituirlo por un impuesto basado en el valor de la propiedad y en el número de ocupantes adultos, es una salida híbrida que corre el peligro de convertirse en "un hijo del poll-tax", ha dicho el ex ministro conservador, repitiendo casi las mismas palabras utilizadas por la oposición a Major.

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