Michael Moorcock: "La fantasía épica actual es un eco de los viejos mitos"
"Para la 'new wave', los 'aliens' éramos nosotros mismos " dice el escritor
El escritor británico Michael Moorcock, de 50 años, uno de los autores más populares del género de fantasía épica y responsable como editor de la aparición del movimiento new wave, innovador de la ficción científica moderna, se encuentra en España. Moorcock es el creador de Elric de Melniboné, un personaje tan conocido entre los aficionados como Connan y del que son novedad dos títulos que prueban su vitalidad: The fortress of the pearl, reciente en el mercado anglosajón, y El misterio del lobo blanco (Martínez Roca), que acaba de publicarse en España. El escritor es un lúcido teórico del género de fantasía que incluso ha escrito un ensayo sobre el tema. "La fantasía épica actual es un eco de los viejos mitos", dice.
Michael Moorcock, escritor y editor, es asimismo compositor de música y cantante de rock and roll; el año pasado actuó con la banda de lovecraftiano nombre Blue Oyster Cult y tiene grabados con otro grupo dos álbumes basados en los libros de Elric. Como escritor rehúye la etiqueta de género, aunque reconoce que su reputación. se debe a lo que ha hecho en el campo de la fantasía. "Tengo una gran facilidad para escribir fantasía", explica. "El secreto está en disponer de una estructura, como Simenon, como Agatha Christie. ¿Mi fórmula? Bien, un héroe obsesionado, un espacio de tiempo, corto, en el que tiene que conseguir un objetivo, y tres partes, las clásicas introducción, desarrollo y resolución".En otras obras de ficción Moorcock emplea fórmulas mucho más complicadas, como en las que considera sus dos producciones maestras (sin nada que ver con la fantasía épica): el ciclo Between wars -con dos novelas aparecidas, Byzantium endures y The laughter of Carthage, y una tercera en curso, Jerusalem commands, en la que piensa introducir experiencias de su visita a España- y Mother London.
Mother London es una larga novela con elementos autobiográficos que abarca 40 años de la historia de la ciudad, desde el blitz, el ataque aéreo alemán. "Corría el riesgo de escribir la típica saga familiar; si quieres decir algo diferente tienes que dejarlo muy claro: en Mother London hay una fórmula musical, la de sonata, más Schoenberg que Mozart, y un sistema duodecimal que me permite romper la narración de 1 a 12 partes; suena algo loco, sí".
El crítico de arte Gillo Dorfles atacó en un artículo "la moderna heroic fantasy y sus falsos mitos, indicio de tendencias irracionales de carácter regresivo y reaccionario", ejemplificando su crítica con una referencia a EIric. "¿Sí? Bien, si conociera el contexto de mi trabajo no pensaría eso: mi fantasía épica es antiheroica; yo ataco la dependencia de los héroes y los mitos, la moral de mis libros contrasta con el gran cuerpo del género, mis héroes y mis dioses mueren en combate entre ellos y queda el hombre para cuidar de sí mismo; el mensaje es claro".
En su estudio Wizardry and wild romance (1987), Moorcock se mostraba receloso ante el fenómeno del juego de rol, "la Dungeons & Dragons Industry,", decía. Hoy esos recelos han desaparecido: "Incluso se han editado juegos sobre Elric y habrá uno nuevo sobre el Campeón Eterno; ahora me parece algo bueno para los jóvenes, les enseña a cooperar y a relacionarse socialmente". Al autor no le importa que se manipule y recree lúdicamente sus historias: "Así debe ser: una vez publicado, el libro pertenece a los lectores". La interrelación juego-literatura le parece apasionante y el sincretismo mitológico producido por la búsqueda de elementos, mitemas, para jugar y que hermana en la mente de los jóvenes a, por ejemplo, Elric con Sigfrido, o el Cid, un fenómeno de tremendo interés que producirá "algo nuevo, no sabemos qué, en unos 10 años".
"La new wave fue un rechazodel establishment, explica sobre el movimiento que vehiculó a través de la revista New Worlds y en el que participaron autores como Ballard, Disch, Aldiss o Spinrad; "un rechazo de la ficción científica conservadora, cuyos maestros como Heinlein incluso apoyaban la guerra de Vietnam". "Surgió en un ambiente de efervescencia y arraigado en un ideal de producción literaria popular, inteligente, cuestionadora y humana". "Los viejos maestros presentaban a los alienígenas como invasores; nosotros decíamos: 'Nosotros somos los aliens', e intentábamos acercarnos a nuestros propios problemas".
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