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RELIGIÓN

El Vaticano investiga en secreto a los futuros obispos

Juan Arias

Lo primero que se pregunta a quienes el Vaticano interroga secretamente para la promoción de un sacerdote a la dignidad episcopal es si es fruto o no de "un matrimonio legítimo". Sigue el estado de su familia en el campo "religioso, moral, civil, económico y sanitario", y en cuanto a las notas personales sobre el futuro candidato a obispo, la primera pregunta es cómo es su "aspecto fisico".

Todo ello aparece en la llamada "ficha secreta", es decir, en el cuestionario que desde Roma se envía a algunos eclesiásticos y seglares a quienes se les pide, "bajo secreto papal", informaciones acerca de posibles candidatos al episcopado. Dicha ficha secreta acaba de ser divulgada por Adista, una agencia que publica una hoja diaria de contra-información religioso-política, muy leída en los ambientes religiosos y seglares progresistas.

En cuanto a los requisitos acerca de los que se interroga en la ficha secreta, destacan también la preparación administrativa del nuevo obispo, su capacidad de diálogo así como su actitud frente a ciertos documentos como los de la ordenación sacerdotal de las mujeres, el matrimonio, la ética sexual y la justicia social. Y por último, la fidelidad del posible candidato a obispo al celibato y al traje eclesiástico.

Al mismo tiempo, un cardenal, miembro de la Congregación de Obispos, ha revelado, pidiendo el anonimato, a la revista francesa L'Actualité Religieuse dans le Monde, el mecanismo de elección de un obispo. El cardenal afirma que nadie debería maravillarse de que en estos 10 años de pontificado de Juan Pablo II los nuevos obispos hayan sido elegidos "a imagen y semejanza" del papa Wojtyla, quien prefiere personajes "de gran espiritualidad y completamente fieles a la ortodoxia". Pero también capaces de empeñarse "en la defensa de los derechos humanos y de la vida".

Técnica de selección

El método de elección es el siguiente: al quedar vacante una diócesis, el Papa y los nuncios suelen recibir cartas y mensajes a favor o en contra de algunos posibles candidatos. El nuncio envía un informe al Papa con el material recogido. Dicho informe es estudiado por la Congregación de Obispos, dónde se hace la primera selección. Los nombres que han quedado filtrados vuelven al nuncio, el cual debe consultar con la Conferencia Episcopal y con seglares fidedignos. El cardenal afirma que el peso del nuncio en la preparación de la terna de candidatos que debe ser presentada al Papa suele ser muy grande. La terna pasa de nuevo al examen de la Congregación de Obispos, la cual presenta su parecer al Papa. Juan Pablo II espera más de un mes antes de dar su respuesta, si se trata de diócesis importantes. Añade el cardenal que para el Papa el ser o no del Opus Del "ni favorece ni dificulta la decisión final".

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