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Misterio bajo las aguas

El hallazgo del acorazado 'Bismarck' reabre la polémica sobre las causas de su hundimiento en el Atlántico

El acorazado Bismarck, orgullo de la Marina de la Alemania de Hitler y uno de los instrumentos más potentes de guerra utilizados en todos los tiempos, ha sido despertado de su sueño submarino de 48 años en un lugar mantenido todavía en secreto del fondo del Atlántico, donde fue hundido por barcos y aviones británicos durante la II Guerra Mundial. Su descubrimiento no ha despejado, sin embargo, la incógnita sobre todas las causas directas de su hundimiento. Algunos historiadores mantienen la tesis de que "sintiéndose perdida la tripulación, ésta decidió hundir el barco".

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Un grupo de científicos cazadores de tesoros históricos submarinos acaban de descubrir el Bismarck con el mismo robot óptico, el Argo, que se utilizó en la recuperación del Titanic. El buque alemán se encuentra a unos 4.780 metros de profundidad en el océano Atlántico. Se hundió a las 10.39 del día 27 de mayo de 1941 a unos 1.300 kilómetros de las costas de Brest, en Francia.Robert Ballard, jefe de la expedición que a bordo del barco científico Hércules descubrió los restos del Bismarck ha explicado a los medios de comunicación que las imágenes recogidas por la cámara-robot muestran el puente del buque intacto y los cañones de 150 y 100 milímetros en posición de tiro, pero falta una de las cuatro grandes torretas del acorazado. Cuando desapareció tan sólo 115 de los 2.200 hombres de su tripulación lograron salvar la vida.

Incógnita

A raíz de los testimonios de parte de estos supervivientes algunos historiadores sostienen que fue la propia tripulación la que hundió el barco, ya a la deriva, ante el acoso de la Marina y la Aviación británicas y tras quedarse sin munición.Según Ballard la primera inspección de los restos no ha logrado resolver esta incógnita. El acorazado está enterrado en la arena del fondo marino y por ello el robot no ha podido inspeccionar debidamente toda su quilla.

El jefe de la expedición que lo ha descubierto se ha negado a facilitar el lugar exacto de emplazamiento del barco "como un tributo al pueblo alemán, cuyo Gobierno es el único que por ahora tiene derecho a saberlo". Ballard aseguró que la expedición no encontró ningún resto humano y que los miembros de su equipo no se llevaron nada ni tocaron nada.

El Bismarck fue el buque de guerra más grande y potente construido por el régimen de Hitler. El almirante Eric Raeder, comandante en jefe de aquella Armada alemana dijo de él que "por su extraordinaria potencia de fuego, su gran resistencia y sus condiciones de flotación, resultaba superior a casi todos los barcos de guerra enemigos siempre que se tratase de combatir barco contra barco".

Este poderoso navío, considerado como invulnerable, partió el 21 de mayo de 1941 de la costa noruega con la misión específica de destruir el tráfico comercial que se realizaba en el Atlántico norte. Los buques y los aviones británicos, enterados de esta maniobra, salieron a su alcance y lograron vencerle en una batalla que duró desde el 23 hasta el 27 de mayo de ese mismo año.

Este episodio de la II Guerra Mundial fue aprovechado para la "historia de las hazañas bélicas", esta vez por el cine. En la década de los años sesenta, en plena euforia de las películas bélicas, el director británico Lewis Gilbert llevó al cine la persecución y el hundimiento del Bismarck en el título Sink the Bismarck, que se tradujo al castellano como ¡Hundid el Bismarck! Interpretaron los principales papeles Kenneth Moore, Dana Wynter, Michael Hordern, Karl Stepanek y Laurence Naismith.

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