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El filólogo catalán Joan Coromines obtiene el Premio Nacional,de las Letras

El filólogo catalán Joan Coromines, de 84 años de edad, obtuvo ayer el Premio Nacional de las Letras 1989, galardón que concede el Ministerio de Cultura dotado con cinco millones de pesetas. Coromines es autor del monumental Diccionari etimológic i complementarí de la Rengua catalana, cuyo noveno y último volumen debe publicarse próximamente. Entre 1954 y 1957 publicó otra obra de referencia: el Diccionario etimológico de la lengua castellana, en cuatro volúmenes. Actualmente trabaja en el Onomasticon Caraloniae, del que hasta ahora ha sido publicado el primer volumen.

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Obra artesanal

El Premio Nacional de las Letras se concede a la obra de toda una vida y es el segundo en importancia, tras el Cervantes, entre los que convoca el Estado. En las votaciones, presididas por el ministro de Cultura, Jorge Semprún, quedó finalista el poeta valenciano Juan Gil-Albert."Coromines es una autoridad indiscutida en el terreno de la filología", dijo el escritor Francisco Ayala, ganador del año pasado, a quien Semprún cedió la presentación del premio a los periodistas. Ayala dijo ser amigo de Coromines, aunque hace años que no le ve, y en dos ocasiones subrayó el hecho de que el premio recayera en la obra de un estudioso que se mantiene al margen de los focos públicos y se dedica a trabajar. Así le describió Ayala, como un hombre fundamentalmente trabajador ajeno a cualquier deseo de protagonismo. Quizá por eso, a partir de que se hiciera pública la concesión del premio, su teléfono no dejó de comunicar.

Además de Gil-Albert, concurrían con Coromines los poetas Carlos Barral, Carlos Bousoño, Joan Brossa y José Hierro, los filósofos Juan David García Bacca y José Luis López Aranguren, y el novelista Juan Marsé. El jurado estaba compuesto por los académicos José García Nieto (española), Antonio Meixide Pardo (gallega), Alfonso Irigoyen (vasca) y Jordi Carbonell (catalana); Josefina Aldecoa, Victoria Camps, GuiHermo Camero, Jacobo Martínez de Irujo, Alberto Oliart y Joan Perucho, además de¡ ministro de Cultura y el director general del Libro, Juan Manuel Velasco. Actuaba de secretario el director del Centro de las Letras Españolas, José María Merino.

Joan Coromines trabaja actualmente en el Onomasticon Cataloniae, del que el pasado mes de mayo apareció el primer volumen dedicado a las Baleares. Según las previsiones de la editorial Curial, los siguientes tomos, siete u ocho en total, irán apareciendo cada año y medio. Coromines empezó a recopilar material para esta obra en 193 1, pero no quiso volver a ella hasta tener acabadas sus investigaciones en el campo lexicográfico y muy especialmente el Diccionari etimológic i complementari de la lengua catalana, que empezó a publicar en 1980. El año próximo se publicará el noveno y último volumen de esta obra con todos los índices, tarea que están realizando los colaboradores del lingüista.

Amplia formación

Joan Coromines nació en Barcelona en 1905, hijo del escritor político y economista Pere Coromines. Estudió en la facultad de Filosofía y letras de Barcelona y en la fundación Bernat Metge, donde tuvo por maestros, entre otros, a Joaquim Balcells, Nicolau d'Olwer y Carles Riba. Completó estudios en Montpellier (Francia) y en Madrid, donde se formó con Menéndez Pídal y Américo Castro. Su tesis de doctorado, leída en Madrid en 1931, fue El vocabulario aranés. En la sección lexicográfica del Institut d'Estudis Catalans conoció al gramático Pompeu Fabra, con quien trabajó para establecer la toponimia definitiva de los municipios catalanes y valencianos.Al terminar la guerra civil se exilió en Argentina, después de haber ejercido en París como profesor en la École des Hautes tudes. Hasta 1945 impartió clases en la universidad de Mendoza (Argentina) y continuó sus investigaciones sobre la lingüística medieval catalana. Entre 1946 y 1967 fue profesor de filología en la universidad de Chicago. En 1968, jubilado, regresó a Barcelona. En 1978 fue elegido doctor honoris causa por la universidad de La Sorbona. Los reconocímientos oficiales le han llegado tardíamente: en 1980 le fue concedida la Medalla de Oro de la Generalitat y cuatro años más tarde el Premi d'Honor de les Lletres Catalanes, tras una áspera polémica entre sus detractores y sus partidarios.

Entre su bíbliografia destaca: El vocabulario aranés (193 l), Algunas lleis fonétiques catalanes no observadesfw ara (1953), Diccionario crítico-etimológico de la lengua castellana (1954-1957), Sobre l'éstil i manera de Marün Joan de Galba y els de Joanot Martorefl (1956), Estudios de toponimia catalana (19651970), Lleures i converses dunfd¿,leg (197 l), Tópica Hespérica (1972) y Entre dos llenguatgies.

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