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Juan Pablo II cierra definitivamente la puerta del sacerdocio a las mujeres

Juan Arias

Una vez más Juan Pablo II ha dado su no rotundo y definitivo a la posibilidad de que la mujer pueda llegar a sacerdote. Lo ha hecho en una Exhortación Apostólica titulada Christi fideles laici, de casi 200 páginas, el documento más largo de su pontificado, en el que recoge las decisiones del último sínodo de obispos y algunos temas más de otros documentos.

El nuevo documento papal, publicado oficialmente ayer, aborda diversos aspectos de la "vocación y misión" de los laicos en la Iglesia y el mundo y deja abiertos los temas polémicos planteados en el sínodo de obispos celebrado en 1987. "La mujer", dice el papa Wojtyla, "no puede recibir el sacramento del orden, y por tanto, no puede realizar las funciones propias del sacerdocio ministerial. Es ésta una disposición que la Iglesia ha encontrado siempre en la voluntad concreta, totalmente libre y soberana de Jesucristo, que llamó sólo a hombres como sus apóstoles".Pero al mismo tiempo, el Papa afirma que es necesario que las mujeres se empeñen en una "misión evangelizadora" dentro de la Iglesia y que ha llegado el tiempo de pasar de un reconocimiento teórico del problema a la realización práctica.

En su nuevo documento Juan Pablo II hace un llamamiento muy fuerte y dolorido a toda la Iglesia para que, en vísperas del 2000, se organice en todo el mundo una "movilización de laicado católico" para que sea reconocido, dice, "el tejido cristiano de la sociedad humana de un mundo cuyas situaciones económicas, sociales, políticas y culturales presentan problemas, dificultades más graves de los que había presentado hace 25 años el concilio".

De dicha evargelización, dice, el papa Wojtyla, el mundo tiene una necesidad urgente, y eso, porque "países y naciones, en los que en un tiempo la religión y la vida cristiana eran florecientes, hoy están sometidos a duras pruebas, y a veces son radicalrriente transformados por el permanente difusión del secularismo y del ateísmo". El Papa puntualiza que se trata sobre todo del Viejo Continente, donde el bienestar económico y, el consumismo esperan una vida vivida, dice, "como si Dios no existiera". Y añade que la indiferencia religiosa y la total insignificancia práctica de Dios a causa de los problemas graves de la vida "no despiertan menos preocupación ni son menos subversivos que el mismo ateísmo declarado".

Conflictos

Se extiende mucho el Papa en la defensa de los "nuevos movimientos apostólicos", aunque insiste en que deben actuar en sintonía y en obediencia con sus obispos.Durante la conferencia de prensa en la que fue presentado ayer el nuevo documento papal, ni el cardenal Eduardo Pironio, presidente del pontificio Consejo para los laicos, ni el secretario del Sínodo, padre Jam Schotte, han desmentido la noticia revelada allí mismo por un periodista de que en el último sínodo hubo un momento dramático, cuando durante el debate debate 14 padres sinodales tomaron uno tras otro la palabra para cuestionar problemas de método, y cuando el presidente de turno, el cardenal Lubachiuski, amenazó a la asamblea con interrumpir la sesión si el debate no volvía a sus cauces.

Con respecto a la exhortación apostólica de Juan Pablo II, tanto Pironio como Jam Schotte, la calificaron de "vademecun" en el que pueden consultarse las prin cipales doctrinas del magisterio más reciente sobre los temas que afectan a los fieles laicos, su puesto en la Iglesia y su papel como creyentes en el mundo.

Pironio advirtió que "quién busque cosas o soluciones nuevas, tal vez queda desilusionado".

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