Carlos Salinas asume hoy la presidencia de México
Carlos Salinas de Gortari será investido hoy, a sus 40 años de edad, con la responsabilidad de llevar a cabo la perestroika en México, el proceso de transformación de este país de 80 millones de habitantes, fronterizo con Estados Unidos, líder de América Latina y amenazado ahora por la peor crisis del último medio siglo. El programa con el que Salinas de Gortari llega al poder se resume en dos misiones trascendentales: desmontar un régimen totalitario y obsoleto y construir un sistema democrático y moderno.
La misión de Salinas en la presidencia mexicana es doblemente difícil si se considera que habrá de ejecutarla en medio de fuerzas de oposición con fundamentadas opciones de poder y contra la voluntad de los sectores más fuertes de su propio partido: por primera vez llega a la presidencia mexicana un hombre que no tiene el consenso del Partido Revolucionario Institucional (PRI). La situación de Salinas es tan débil que nadie se atreve a pronosticar si será capaz de concluir sus seis años de mandato o si, por el contrario, los culminará con honores históricos.Las únicas armas de Salinas van a ser sus propias medidas de cambio. Por ello se cree que no puede decepcionar hoy en su discurso de toma de posesión, en el que debe mostrarse diferente y decidido. La primera medida, popular y difícil, va a estar relacionada con la suspensión de parte del pago de la deuda externa. Salinas entiende que el cambio político debe sustentarse en una situación económica más estable, y para ello quiere que el país crezca con el dinero -con parte del dinero, al menos- que en años atrás se ha destinado al pago de los intereses de la deuda, cuyo monto total es de alrededor de 110.000 millones de dólares.
Nuevo Gabinete
El nuevo portavoz del Gobierno mexicano, Otto Granados, anunció anoche la composición del Gabinete de Salinas, en el que destacan Fernando Solana, como secretario de Relaciones Exteriores; Pedro Aspe, que se mantiene en la secretaría de Hacienda; y Fernando Gutiérrez Barrios, como secretario de Gobernación.Por su parte, siguen las dudas sobre lo que pueda ocurrir en el Congreso en la sesión de toma de posesión. En la noche del martes se llegó a un acuerdo en circunstancias extremas para organizar las intervenciones de los líderes de los partidos de oposición, cosa que también ocurrirá por primera vez en la historia. Algunos dirigentes del Frente Democrático Nacional (FDN), como el senador Porfirio Muñoz Ledo, siguen amenazando, sin embargo, con abandonar la sala en el momento en que lleguen Salinas y los invitados extranjeros.
Los dirigentes del FDN han criticado la presencia de gobernantes extranjeros, a los que acusan de venir a México a legitimar un Gobierno nacido del fraude en las elecciones del pasado 6 de julio. Las críticas se han centrado particularmente en la principal figura de la reunión, el presidente cubano, Fidel Castro, cuya llegada, prevista para ayer, está rodeada de una gran expectación y de medidas de seguridad sin precedentes. Consciente de la polémica que provoca su viaje, Castro declaró antes de salir de La Habana que estaba informado de que su visita había originado "diferendos internos entre personas amigas de Cuba". "Pese a ello hemos decidido viajar", dijo. Para Castro, este viaje tiene el valor político de confirnar su reconciliación con Améria Latina.
Por otra parte, los cancilleneres centroamericanos reunidos en México para la ceremonia de hoy convocaron una cumbre de presidentes de países de la región para el próximo 15 de enero en El Salvador.
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