_
_
_
_
_

Las cantonales francesas registran la mayor abstención desde 1945

La primera vuelta de las elecciones cantonales celebradas ayer en Francia, que convocó a la mitad del censo electoral por quinta vez a las urnas en lo que va de año, registró un 47% de abstención, una de las tasas más altas de la historia de la V República y superior a todas las elecciones del mismo tipo celebradas desde la II Guerra Mundial.

El cuadro político no ha sufrido grandes variaciones. Con una tercera parte de los votos escrutados, los socialistas consiguieron el 30,3%, que sumado al porcentaje obtenido por radicales y otros grupos de izquierda coligados, sube hasta el 34,6%. Los comunistas logra ron el 12,8%.En el bando de la oposición conservadora, los neogaullistas alcanzaron el 15,5% y los centristas, el 17,5%. La extrema derecha del Frente Nacional sufrió otro revés, obteniendo sólo un 4,6%.

A pesar de su carácter local estas elecciones significaron el primer exámen electoral para el gobierno socialista de Michel Rocard y para sus propuestas de apertura al centro.

Asimismo representan una auténtica prueba sobre las posibilidades del ultraderechista Frente Nacional de seguir condicionando tanto la vida política como, más fundamentalmente, la coherencia de la derecha democrática francesa, escindida entre las ansias de victoria mediante la alianza maldita con los lepenistas o la claudicación ante los socialistas.

Los resultados de este test no serán del todo claros hasta la elección, después de las segunda vuelta que se celebra el próximo domingo, de los presidentes de los consejos generales de departamento, 68 de los cuales pertenecía hasta ahora a la derecha, mientras que sólo 27 eran de izquierdas.

El censo convocado ayer, de unos 19 millones de franceses ' demostró el cansancio electoral y también un cierto reflejo de inhibición producido por la complejidad de la vida política, en esta fase de difuminación de los esquemas y de las fronteras entre derecha e izquierda.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Símbolo de esta complejidad ha sido la candidatura de Haroun Tazieff, un vulcanólogo de prestigio internacional, que fue miembro de un gobierno socialistas hasta 1986, y que ahora recibió el apoyo del neogaullista alcalde de Grenoble, Alain Carignon, empeñado en responder con la misma moneda a la política de apertura al centro y de fichajes espectaculares practicada por los socialistas. Haroun quedó muy bien situado ayer para vencer en la segunda vuelta.

También tuvieron éxito numerosos notables locales, entre los que se hallan varios ministros.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_