Londres expulsa al embajador y a otro diplomático cubanos tras un incidente armado
El Gobierno británico ordenó anoche la expulsión del embajador cubano en Londres, Oscar Fernández Mell, y del tercer secretario de ésta, Carlos Medina Pérez, después de que este último hiriera a una persona en una calle de Londres a primera hora de la noche. Ambos tienen hasta medianoche de hoy para abandonar el país.
El herido, al parecer un transeúnte, recibió uno de los seis disparos que Medina realizó con su revólver contra quienes le seguían en un coche en la zona de Bayswather en el límite norte de Hyde Park, en un incidente del que no han trascendido detalles.La policía cercó la casa en que se refugió el hombre armado y, al poco, éste entregó su arma e hizo valer su condición diplomática para no ser detenido.
El ministerio de Exteriores convocó urgentemente al embajador cubano para exigir explicaciones. Timothy Eggar, subsecretario encargado de las relaciones con los diplomáticos, hizo saber al embajador que el incidente era inaceptable" y que los diplomáticos no están autorizados para llevar armas". Informó al embajador de que dispone hasta la medianoche de hoy para salir del país, junto con su tercer secretario "y si puede ser antes, mejor". "Este es un incidente muy grave y no vamos a autorizar a diplomáticos a que lleven armas de ese modo", declaró anoche Eggar, quien expresó su confianza en que la rápida adopción de una medida radical sirva de ejemplo a otras embajadas. "Si se repiten hechos de este tenor, adoptaremos medidas más duras", añadió.
Hace unos días el tercer secretario de la embajada vietnamita blandió amenazadoramente una pistola contra un grupo de manifestantes concentrado frente a la sede diplomática que protestaban contra las violaciones de los derechos humanos en el país asiático. El diplomático fue también expulsado.
El peor incidente de este tipo en que se ha visto implicada una embajada en Londres fue la muerte en 1984 de una mujer policía -Ivonne Fletcher-, alcanzada por disparos realizados desde el interior de la embajada libia contra un grupo de manifestantes anti Gaddaffi. Quince diplomáticos fueron expulsados y Londres rompió relaciones diplomáticas con Trípoli.
La presencia de armas y explosivos en algunas embajadas en Londres quedó de manifiesto en 1980 cuando el grupo antiterrorista británico SAS asaltó la embajada iraní, ocupada por antijomeinistas, y descubrió en el edificio un alijo de armas.
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