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La Iglesia pide explicaciones a Pedro Casaldáliga sobre su acción progresista en Brasil

Francesc Valls

Pedro Casaldáliga, obispo de Sâo Félix (Brasil), nacido en Balsareny (Barcelona) y conocido por sus ideas progresistas, mantuvo ayer una entrevista de más de una hora con los cardenales Ratzinger y Gantin, prefectos de las congregaciones para la Doctrina de la Fe y de los Obispos, respectivamente. La actitud favorable de Casaldáliga hacia la teología de la liberación, así como algunos de sus puntos de vista pastorales, fueron abordados en la sesión, sobre la que el prelado de Sâo Félix no quiso realizar ningún tipo de declaración.

A pesar de este silencio, es conocido que la visita de Casaldáliga a Nicaragua -para apoyar el ayuno por la paz que realizaba el ministro de Asuntos Exteriores sandinista, Miguel d'Escoto, en 1985 - no gustó en la curia romana. El obispo de Sâo Félix, que siempre se ha caracterizado en Brasil por su defensa de los pobres, es un hombre de ideas progresistas en terrenos tan polémicos como el celibato y crítico con algunas actuaciones del Vaticano. En este sentido, él fue uno de los 20 prelados que suscribieron un telegrama a la Santa Sede en el que consideraban lamentable el año de silencio impuesto al teólogo Leonardo Boff.La congregación de los obispos ya había expresado hace tres años su preocupación por algunas actuaciones de este prelado, que en el conjunto de la Conferencia Episcopal brasileña no llaman la atención, aunque sí lo hacen en Roma. En los 17 años de permanencia en Sâo Félix, Casaldáliga no había hecho todavía la visita al Papa que cada cinco años deben realizar los obispos, según el Código de Derecho Canónico. Éste es el motivo oficial de su presencia en Roma, donde en los próximos días será recibido por Juan Pablo II.

Casaldáliga se ha mostrado en Brasil como un defensor de los derechos de los agricultores sobre la tierra, lo que le ha creado las enemistades de latifundistas y compañías multinacionales. Cuando el general Ernesto Geisel era presidente de Brasil -en los años setenta- estuvo a punto de ser expulsado por actividades consideradas subversivas. Entre sus acusadores de entonces figuraba un obispo integrista.

Amenazado de muerte

La prelatura de Sâo Félix ha sido, asimismo, sitiada en cuatro ocasiones por el Ejército o la policía, los archivos saqueados e incluso uno de los colaboradores del obispo fue asesinado en los años setenta cuando protestaba junto a Casaldáliga y dentro de una, comisaría por las torturas de que eran objeto un grupo de campesinos. El propio obispo ha sido en reiteradas ocasiones amenazado de muerte.Los católicos progresistas esperan con interés cómo concluirá esta visita, tras de la actitud de dureza que el Vaticano ha mantenido con los sectores más abiertos de la Iglesia, como los teólogos de la liberación Boff o Gustavo Gutiérrez. .

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