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Por el sillón de Alfonsín

Cafiero y Menem disputan la candidatura peronista a la presidencia argentina en las elecciones de 1989

Los peronistas se encuentran enzarzados en una dura lucha interna por la designación de su candidato para las elecciones presidenciales argentinas que se celebrarán en 1989. La interna, como se denomina en la jerga política argentina la elección de los candidatos, se decidirá el próximo 26 de junio entre dos líderes: el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Antonio Cafiero, de 63 años, y el de La Rioja, Carlos Menem, de 52.

En el barrio bonaerense de la Boca, durante un acto electoral de Menem, unas 7.000 personas engulleron el pasado domingo 1.650 kilos de ñoquis, comida de origen italiano a base de patata y semola que, según la creencia popular en Argentina, trae suerte, cuando se come el 29 de cada mes y se coloca debajo del plato dinero, que se multiplicará. Los comensales del domingo colocaron bajo su plato retratos de Menem para de esa forma multiplicar los votos del precandidato peronista. En el mitin que acompañó a la comida, Menem expuso su programa, que incluye la moratoria en el pago de la deuda externa, la pena de muerte para los narcotraficantes y el embargo de las propiedades británicas en la Patagonia.El lugar del mitin parecía una premonición. Los organizadores de la comida masiva escogieron el barrio de la Boca, en la avenida Benito Pérez Galdós, a unas manzanas de la cancha de Boca Juniors. El estrado, donde Menem comió los ñoquis, estaba flanqueado por el local de una secta apocalíptica, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos Días, y muy próximo al de un Centro Espiritista de Umbanda, "atendido por la Ginga Azuzena Iemanja". Parecía como si los organizadores hubiesen querido sintetizar el carácter apocalíptico de la crisis argentina y el taumatúrgico del precandidato peronista Menem, extraña figura que se presenta con unas enormes patillas, tradicionales en los caudillos federalistas argentinos.

Decoraba el estrado un gigantesco cartelón, con los rostros de Juan Domingo Perón y Evita encima y los de Menem y su compañero de fórmula, el candidato a la vicepresidencia Eduardo Duhalde, pintados todos ellos como para figurar en una antología de lo cursi.

La revista El Porteño escribió recientemente que "Carlos Menem es un extraño caso de impunidad política. ( ... ) Se le permite todo. La gente sólo registra de él lo que le gusta: su acendrado carisma natural". Menem visita Paraguay y parece entenderse pefectamente con el dictador, Alfredo Stroessner, y después se lleva a su provincia de La Rioja al senador demócrata de Estados Unidos, Edward Kennedy.

A favor de la candidatura de Menem se pronunciaron dentro del peronismo los residuos de la guerrilla izquierdista de los montoneros, pero al mismo tiempo se mueven en su entorno los sectores fascistoides del peronismo y gentes próximas al hoy preso ex ministro de Isabel Perón, el brujo José López Rega.

"Es el pueblo"

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Estos días un escritor argentino explicaba con entusiasmo al corresponsal de este diario: "Menem es pueblo y por eso lo quiere la gente. Anda con minas (mujeres) y eso le gusta al pueblo mucho más que Cafiero, con sus 10 hijos y su imagen de buen padre de familia".El problema para Menem, en su intento de obtener la designación como candidato peronista a la presidencia, radica en que el candidato Cafiero es presidente del partido y controla el aparato. Menem ya ha denunciado de antemano que está en marcha un fraude electoral el 26 de junio y que no aceptará el resultado, si pierde una elección fraudulenta. Esto podría significar una división del peronismo ante las elecciones de 1989.

El organizador del acto de Menem en la Boca era Jorge Cyterszpiler, ex apoderado del futbolista Diego Armando Maradona en sus días de jugador del Barcelona. Voluminoso y renqueante por su pierna paralítica, con puntiagudos zapatos de charol, el avispado empresario explicó a EL PAÍS que está con Menem "por lealtad a los amigos" y se mostró convencido de su triunfo en la interna peronista, porque "Carlos Menem ha superando barreras de carisma y de formación. La gente lo idolatra. Tiene la imagen de una figura que va más allá de la identidad política. Él como persona rompe cualquier estructura que se le pueda enfrentar en contra".

Entre los asistentes a la comida del domingo Villegas, un jubilado de 63 años, explica que está con Menem y piensa que "Cafiero se quemó un poco, cuando fue con Alfonsín, hizo ponerse los impuestos, pero ahora con la interna vamos a ver quién gana". Nancy, una chica de 19 años, estudiante de administración de empresas, dice: "Perón era un hombre que luchó mucho por el pueblo, por los pobres, ayudó a mucha gente". A su madre, Emina, de 45 años, le gusta Menem "por su forma de ser humilde; pienso que nos va a llevar adelante. Yo soy ama de casa nada más y sé lo que estamos pasando. Lo estamos pasando bastante mal". El padre de familia, empleado civil de la Marina, gana 700 australes al mes (menos de 9.000 pesetas) y "por suerte tengo dos hijos varones, que son los que me ayudan". Emma está convencida de que Menem ganará la interna peronista.

Después de cantar el himno peronista, "¡Perón, qué grande sos!" y "Sos el primer trabajador", llegó Menem con cazadora de cuero marrón oscuro, poncho de vicuña al cuello y gesto torero. Le esperaba en el estrado su esposa, rubia teñida, con abrigo blanco, de visón y zorro, pantalones vaqueros y botas. Los iniciados comentan que el matrimonio se presenta unido en público por primera vez desde hace tiempo, tras superar desavenencias.

Sobre la deuda externa sostiene Menem que el Ejecutivo "no puede seguir renegociando, ignorando al pueblo. Los representantes verdaderos del pueblo están en el Parlamento de la nación. Hay que elevar un proyecto de ley, y nosotros lo vamos a hacer, estableciendo para la deuda externa una moratoria, una quita de capital y una disminunción en la tasa de intereses y además negociar la posibilidad de que durante cinco años no salga un solo dólar de la República Argentina". Asegura Menem: "Tenemos de todo, no nos falta nada". Y se pregunta: "¿Por qué vivir de la forma como estamos viviendo?".

Menciona las islas Malvinas -"que por supuesto recuperaremos, no hay duda"- y añade que en la Patagonia "hay tierras de la Corona británica. Yo no digo que confisquemos, pero, por lo menos, señor Presidente, embarguemos esas tierras, hasta que cese la agresión en el Atlántico Sur", afirma Menem.

Cuando habla de la droga, recalca que los traficantes "no merecen ningún tipo de considieración. Yo soy profundamente cristiano, soy católico y hasta hace poco no aceptaba esa pena de muerte, pero yo sostengo que a los traficantes de la muerte, por vía de excepción la pena de muerte". La masa aplaude y uno grita: "¡Qué les corten la cabeza!". Antes de concluir el mitin, cita Menem a Perón y dice que en la lucha política hay que cuidar las expresiones: "Volar como las águilas y no arrastrarse como las víboras".

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