_
_
_
_
_

Trasladado a París el comandante que saboteó el 'Rainbow Warrior'

Lluís Bassets

Alain Mafart, uno de los dos agentes de la Dirección General de la Seguridad Exterior (DGSE) que cumplen condena en Hoa, un atolón francés del Pacífico sur, por el sabotaje efectuado en julio de 1985 del buque Rainbow Warrior, de la organización ecologista Greenpeace, en el puerto de Auckland, fue trasladado ayer a París en un avión militar e ingresado en un hospital militar, sin el acuerdo preceptivo del Gobierno neozelandés.El primer ministro de Nueva Zelanda, David Lange, criticó ayer duramente al Gobierno de París por lo que considera una "violación flagrante y escandalosa del arbitraje de las Naciones Unidas", en el caso de los dos agentes franceses condenados por la justicia neozelandesa.

El arbitraje de las Naciones Unidas, según Lange, prohibía a los agentes que abandonaran la isla durante los tres años de asignación de residencia "bajo ningún pretexto, sin el acuerdo mutuo de los dos Gobiernos". El comandante Alain Mafart sufre, según el Gobierno francés, una enfermedad renal que no puede ser tratada en la base militar de Hoa. El Gobierno de Wellington sugirió que un agente fuera cuidado en Nueva Zelanda, pero el Gobierno francés rechazó esta posibilidad. Un médico neozelandés, mandado por su Gobierno, se halla en París para examinar la salud del comandante.

Un muerto

Mafart y la capitana Dominique Prieur se instalaron con falsa identidad en Nueva Zelanda y sabotearon el buque ecologista, provocando la muerte de un fotógrafo portugués como resultado de las explosiones. El Rainbow Warrior iba a participar en una campaña ecologista contra la celebración de las pruebas nucleares francesas en el atolón de Mururoa. Los dos agentes fueron condenados a 10 años de prisión, conmutados posteriormente por tres años de asignación de residencia en una base militar francesa, y su caso produjo la crisis política de mayor importancia del perído socialista en Francia. El entonces ministro de Defensa, Charles Hernu, tuvo que dimitir, y la credibilidad del primer ministro Laurent Fabius quedó seriamente afectada por su aparente ignorancia de las actividades de sus servicios secretos.Francia y Nueva Zelanda empeoraron sus relaciones desde la llegada de los conservadores al poder en París. El cónsul neozelandés en Nueva Caledonia fue expulsado, acusado de actividades proindependentistas. Wellington ha atacado a Francia por la celebración en septiembre del referéndum sobre la independencia, en contra de los deseos de los nativos melanesios, y sigue oponiéndose a las pruebas nucleares en el atolón de Mururoa. El Gobierno conservador ha realizado varios gestos manifestando su solidaridad con los agentes secretos condenados en Nueva Ze¡anda. El primer ministro, Jacques Chirac, en su último viaje a Nueva Caledonia, en septiembre de este año, hizo escala en Hao, donde los saludó a los agentes y con los que se entrevistó.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_