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LA NUEVA DISTENSIÓN

El acuerdo de principio, una victoria para Mjail Gorbachov

El acuerdo de principio anunciado ayer en Washington para la eliminación de los misiles soviéticos y estadounidenses de medio y corto alcance significa una victoria para el máximo dirigente de la URSS, Mijail Gorbachov, que ve cómo se realiza uno de sus objetivos más perseguidos.

Círculos diplomáticos en la capital soviética destacaron en este sentido que el anuncio de una nueva cumbre y del compromiso para eliminar los misiles de alcance intermedio de ambas superpotencias servirá a Gorbachov para afianzar su posición y su política en el interior.

El anuncio del acuerdo no sorprendió en Moscú tras el optimismo apuntado el jueves por el propio número uno del Kremlin en el diario más influyente del país, Pravda, y de la satisfacción sobre el curso de las conversaciones de Washington que mostraban los portavoces soviéticos.

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El acuerdo es interpretado en los círculos políticos moscovitas como la culminación del largo camino, difícil y contradictorio, recorrido por la Unión Soviética en los últimos años para lograr la retirada de los misiles estadounidenses instalados en Europa.

Desde el comienzo del despliegue en territorio de la República Federal de Alemania de los primeros misiles estadounidenses de alcance intermedio, en 1983, para contrarrestar la presencia de los SS-20 soviéticos instalados en la República Democrática Alemana y Checoslovaquia, puede decirse que comenzó también la negociación sobre los mismos entre Washington y Moscú.

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El principal obstinado

Los fallecidos Leonid Breznev y Yuri Andropov no lograron llevar unas conversaciones de desarme con los norteamericanos a buen fin, pues encontraron en los Pershing y en los misiles de crucero estadounidenses el principal obstáculo.

Gorbachov recibió las conversaciones de desarme con Estados Unidos en Ginebra como herencia de su predecesor, Constantín Chernenko, que consiguió reanudarlas después de que Yuri Andropov decidiera una radical retirada de ellas en vista de que los norteamericanos no paralizaban el emplazamiento de los misiles.

Desde el mismo momento de su llegada al poder, Gorbachov señaló como una de sus aspiraciones la consecución de un acuerdo con Washington para reducir y erradicar la carrera de armamentos. Este fue el principal motivo -opinan los expertos- que le movió a concertar una cita en Ginebra, en noviembre de 1985, con Reagan.

En los dos años que Mijail Gorbachov lleva al frente del Kremlin ha realizado varias ofertas de desarme a Estados Unidos y ha forzado una segunda cumbre en Reikiavik para proponerle al presidente estadounidense un paquete global de desarme.

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