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Francia cierra las últimas heridas de la guerra de Argelia

Lluís Bassets

Francia acaba de cerrar las últimas heridas de uno de los episodios más amargos de su historia reciente, con la aprobación en la noche del jueves en el Senado de una ley de indemnización de los franceses repatriados, que afecta fundamentalmente a los piedsnoirs, la población europea que abandonó Argelia, después de los acuerdos de Evian que establecieron la independencia de este país norteafricano, hace exactamente 25 años. La aprobación de la ley coincide con la gran concentración convocada por los pieds-noirs en Niza, desde el jueves hasta el domingo, contando este día con la asistencia del primer ministro.Esta es la cuarta ley aprobada en Francia para indemnizar a los franceses de las antiguas colonias por las pérdidas materiales .producidas por el éxodo. En el caso de, los pieds-noirs, casi un millón de personas tuvieron que abandonar precipitadamente sus propiedades y fueron dejando Argelia durante los meses de junio y julio de 1962, después de siete años de guerra. Los piedsnoirs, se instalaron fundamental-" mente en la región mediterránea de Francia. Unos 60.000 lo hicieron en España.

La ley de indemnización establece fondos por valor de 30.000 millones de francos (620.000 millones de pesetas), a razón de 2.000 millones por año durante 15 años. El Estado ha gastado hasta ahora 25.000 millones de francos en las sucesivas leyes de indemnización. La ley actual completa además las medidas de gracia por la guerra de Argelia establecidas por una ley impulsada por el presidente Frangois Mitterrand en 1982, que afectó a ex generales golpistas.

Las medidas afectan también a 400.000 franceses musulmanes, que debieron partir de Argelia, y que son conocidos como harkis ,(o miembros de las harkas, tropas indígenas). Los harkis son considerados traidores por sus compatriotas argelinos y asimilados a los inmigrados magrebíes por los franceses, que muchas veces les discriniman.

Identidad y cultura

La reinserción de los repatriados de Argelia ha sido origen de abundantes problemas sociales. Pero la sociedad francesa de hoy observa perpleja que una parte nada desdeñable de los triunfadorés y de las personalidades destacadas de su vida cultural y política son pieds-noirs. El ex ministro Paul Quiles, el influyente consejero presidencial Jacques Attali, el prestigioso periodista Jean-Pierre Elkabbach, o toda una pléyade de nuevos empresarios han nacido allí, como Yves Saint-Laurent.Los pieds-noirs siguen conservando su identidad y su cultura. Algunos de ellos llegan incluso a hablar de pueblo pied-noir y se reúnen bajo una bandera tricolor con las huellas de dos pies en negro sobre la franja blanca. El ultraderechista Le Pen no desaprovecha la nostalgia de Argelia para obtener sus votos. En la concentración de Niza el Frente Nacional juega a fondo sus posibifidades de proselitismo. Aunque decantados hacia la derecha, los votos pied-noir son cada vez más dispersos.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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