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Camilo José Cela obtiene el Premio Príncipe de Asturias de las Letras

"Esto de los premios hay que tomarlo con espíritu deportivo", dice el escritor

Camilo José Cela ganó ayer el Premio Príncipe de Asturias de las Letras 1987, que anualmente se concede en Oviedo. El jurado otorgó el premio por mayoría. Trece votos fueron para Camilo José Cela, y cuatro, para el arabista Emilio García Gómez. Según el acta, el premio se le concede al escritor gallego por "la elevada calidad literaria de su abundante y universalmente conocida obra y por su significación singular dentro de las letras hispanas de este siglo, en las que ha influido considerablemente". El premio está dotado con dos millones de pesetas por la Fundación Príncipe de Asturias. El ganador recibe asimismo una estatuilla creada por Joan Miró. Cela recibió la noticia en Palma de Mallorca, donde escribe Cristo 'versus' Arizona.

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Desde el primer momento, la candidatura de Camilo José Cela, que ya estuvo a punto de ganar el premio en otras ocasiones, se perfiló como la principal favorita. Un sector del jurado se había mostrado partidario de que se compartiese el galardón entre Cela y el arabista Emilio García Gómez. Cela también fue jurado de estos premios en dos ocasiones de las siete en las que se han convocado y fallado.En el domicilio mallorquín de Cela, los teléfonos no dejaron ayer de sonar. "Nada, hombre, para lo que usted se sirva preguntar", contestaba con estoica amabilidad.

"Es muy de agradecer, y yo lo agradezco, que le concedan a uno un premio como éste, que es el más importante que he recibido. Con anterioridad me concedieron uno de la Asociación Protectora de Animales, y, más recientemente, el Premio Nacional de Literatura, que llegó 40 años tarde por habérmelo concedido por La familia de Pascual Duarte", explicó ayer el escritor a este diario.

Cela asegura que "esto de los premios hay que tomarlo con espíritu deportivo; las cosas vienen como vienen". "Si sale, con barba, San Antón, y si no, la Sagrada Concepción", dice con una leve sonrisa. "Mire usted", añadió, "cada vez que no me han concedido el Premio Cervantes o cualquier otro, lo primero que he hecho es poner un telegrama muy cordial a la persona a la que se lo han dado, porque creo que esto de los premios es como un partido de fútbol".

Se reconoce, en cambio, finalista en otros premios que no obtuvo, y destaca entre ellos el haber llegado a la final en una carrera de bicicletas, en Chamartín, en 1934. "Pues, oiga, pasaba yo por allí y casi gano".

Sin embargo, parece no importarle excesivamente que sólo se hable de premios y escasamente de su obra literaria. "Sólo se habla de premios cuando se conceden, y también hay que disculpar a los periodistas, que se encuentran con el tema en la mesa. Esto de los premios es muy socorrido. Si no hubiera premios no pasaría nada".

Cela, que en la actualidad trabaja en una novela titulada Cristo versus Arizona, tiene intención de recoger el premio en Oviedo. "No, el hecho de escribir la novela no influirá en mi asistencia. No me hace falta el recogimiento absoluto que fue necesario en Oficio de tinieblas". Cristo versus Arizona -"sí, sí, nuestro señor Jesucristo"-, que es una novela situada en Arizona (EE UU), ha desplazado al interior de una carpeta la novela Madera de boj, iniciada antes. "Soy incapaz de escribir dos novelas al mismo tiempo. Me gustaría escribir una con la mano derecha, otra con la izquierda y otra con los pies, pero me resulta imposible", señaló.

El académico no tiene previsto, en principio, festejar especialmente la concesión del premio, y cuando se le pregunta si descorchará una botella de cava recuerda la anécdota de aquel joven que se masturbaba en la cama teniendo a su lado una botella de gaseosa, y que al final exclamó: "¡Qué bella es la vida habiendo champaña y mujeres!". "A mí tanto me da el champaña como la gaseosa. Qué quiere que le diga".

El jurado estuvo presidido por Rafael Lapesa, premiado el año pasadojunto con Mario Vargas Llosa, y el secretario fue Emilio Alarcos, quien telefoneó personalmente a Camilo José Cela. El resto del jurado lo formaban Manuel Alvar, Carlos Luis Álvarez (Cándido), Luis María Ansón, Carlos Barral, José Manuel Caballero Bonald, José García Nieto, José Hierro, Fernando Lázaro Carreter, Antonio Mingote, Fernando Morán, Pedro de Silva, Gonzalo Torrente Ballester, José Miguel Ullán, Vicente Verdú y Darío Villanueva.

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