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Destituido el ministro de Interior surcoreano para acallar la crisis por un caso de tortura

El presidente surcoreano, Chun Doo Huan, en un intento de acallar la creciente crisis política, destituyó ayer a su ministro de Interior, Kim Chong Hoh y al jefe de la policía nacional, Kang Min Chang, tras admitir públicamente el Gobierno que la policía torturó a un estudiante hasta provocarle la muerte.Chun había realizado previamente una infrecuente petición de disculpas pública por el "lamentable incidente" de la semana pasada, en el que Park Chong Chol, de 21 años, murió axfisiado durante un interrogatorio llevado a cabo por dos oficiales de la brigada anticomunista de la policía. Kim y Kang dimitieron formalmente ayer y aceptaron su responsabilidad política y moral. El presidente Chun nombró inmediatamente nuevo ministro de Interior a una persona cercana a él, Chung Ho Yong, general retirado que, como jefe de las fuerzas especiales surcoreanas, colaboró en el golpe de Estado de 1979 que le llevó al poder. También promovió al jefe de la policía de Seúl, Lee Yong Chang, para sustituir a Kang.

Los hechos de ayer suceden a una explosión de malestar popular por la muerte de Park, detenido el pasado miércoles por presunta agitación antigubernamental. El ex jefe de la policía declaró ayer que Park era sospechoso de haber encubierto a un izquierdista radical que se encuentra actualmente huido.

Kang relató que los dos oficiales introdujeron la cabeza de Park en una bañera llena de agua para intentar hacerle revelar el paradero del fugitivo. En la segunda ocasión, presionaron el cuello del estudiante contra el reborde de la bañera, lo que produjo su muerte por axfisia.

Las noticias sobre la brutalidad de la policía desencadenaron el malestar popular. Dirigentes de la oposición y disidentes manifestaron que eso sólo era "la punta del iceberg" de la extendida e institucionalizada tortura contra presos políticos.

El Partido Democrático de Nueva Corea (NKDP) aseguró que hechos como ese ilustran la práctica policial para hacer que las personas críticas con el Gobierno confiesen simpatías procomunistas. El Gobierno de Seúl, que ha estado intentando forjarse una imagen mejor con vistas a los juegos olímpicos de verano de 1988, calificó el incidente de Park de "caso aislado".

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