Un archivo vivo en Emérita Augusta
El Museo Nacional de Arte Romano de Mérida, inaugurado oficialmente ayer, fue abierto al público el domingo 18 de mayo pasado por el ministro de Cultura, Javier Solana, en vísperas de las elecciones generales del 22 de junio. Construido por el arquitecto Rafael Moneo, su coste ha sido de 544 millones de pesetas. El diseñador de la obra ha pretendido crear un archivo vivo para una colección artística excepcional.El edificio está situado en la calle de José Ramón Mélida, en las proximidades del teatro y anfiteatro romanos. En su interior se exhibe un millar de piezas de gran importancia, escogidas entre un total de 34.000 objetos catalogados obtenidos en la antigaa colonia de Emérita Augusta.
La construcción diseñada por Rafael Moneo, nacido en Tudela y director de la Escuela de Diseño de la universidad de Harvard, responde a las últimas tendencias arqui1ectónicas donde los elementos antiguos se combinan con los diseños más recientes.
El edificio cuenta con 12.327 metros cuadrados que constituyen una impresionante construcción de ladrillo visto -se han utilizado más de tres millones de piezas, realizadas especialmente para el centro- que evoca las edificaciones romanas originales.
El arquitecto, cuyo trabajo en Mérida comenzó en 1980, ha elegido el tradicional sistema de construcción romana para el edificio, consistente en el uso del hormigón con fábrica de ladrillo para la realización de los muros, de manera que el conjunto formado por la sucesión de grandes vacíos es determinante en el efecto del conjunto de la obra.
Luz cenital
Los interiores, al igual que el exterior, están en función del contenido que albergan, y recuerdan la procedencia cultural de los objetos utilizados en los ritos religiosos o en la vida cotidiana de los romanos. Toda una sala está dedicada a exhibir los objetos que se instalaban en los lugares de espectáculos y que estaban dedicados a rendir culto al emperador.
Uno de los hallazgos más espectaculares de Moneo en su primer trabajo museístico consiste en la entrada en todas las salas de luz cenital a través de las arcadas que dividen las salas, con la que se pretende dar unidad visual a los objetos expuestos.
El edificio está dividido en tres diferentes niveles. El primer nivel, la planta sótano, cuenta con los restos de una vivienda familiar romana donde se conservan restos de pinturas de las habitaciones interiores, los patios con sus columnas y sepulturas de tejas. También aquí se encuentra parte del antiguo acueducto romano abovedado que estuvo suministrando agua a los habitantes de Mérida hasta hace unos 40 años.
