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La cabina del 'Challenger' cayó intacta al mar tras la explosión

La cabina del transbordador Challenger no fue destruida por la explosión que destruyó al aparato el 28 de enero pasado, y se mantuvo intacta hasta que chocó contra el mar, según han descubierto los investigadores que analizan los restos de la nave espacial.

Sin embargo, este descubrimiento no implica que los siete miembros de la tripulación que viajaban en la cabina siguieran vivos mientras caían al mar, ya que seguramente murieron antes. Según los investigadores, los astronautas debieron morir a consecuencia de la explosión inicial o por la rápida despresurización de la cabina, o bien por la fuerza de la caída libre de 15 kilómetros.

El Challenger, uno de los cuatro transbordadores espaciales con que contaba EE UU, estalló súbitamente el 28 de enero, 73 segundos después de su despegue. Los siete miembros de la tripulación, incluyendo dos mujeres, murieron, en la mayor tragedia de la historia del programa espacial norteamericano. Los restos del gigantesco aparato, de 37 metros de altura, cayeron sobre el Atlántico.

Terry Armentrout, director de la oficina estatal encargada de la recuperación y análisis de los restos del Challenger, dijo que, salvo una sección de la cola y algunas partes del deposito exterior de combustible, "hay, sorprendentemente, pocas huellas de un incendio o de una fuerte explosión".

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