Boulez, Berio y la escuela española contemporánea

El Centro para la Difusión de la Música Contemporánea celebró nueva sesión en el salón de la Escuela Superior de Canto ante una asistencia mucho menor que la merecida por el programa y la calidad de las versiones. José Ramón Encinar, siempre un espléndido músico, que es más que decir buen director, condujo al Grupo Koan en obras de Guinjoan, Villa Rojo, Riviere, Del Puerto, Boulez y Beno.Tuvo el compositor italiano para su felicísimo Melodrama, extraído de ópera (1970), y presentado en Siena en 1971, la colaboración del tenor Gustavo Beruete, que demostró una rara capacidad para interpretar esta manifestación de "teatro abierto" a partir de un perfecto conocimiento de la idea musical y hasta llegar a una realización ricamente matizada en la intención y en el manejo de los inhabituales recursos vocales.

El director del Grupo Koan, José Ramón Encinar, se . siente a gusto con estas invenciones made in Italy, así que no es extraño que el resultado global fuera excelente.

No lo fue menos en las dos páginas de Boulez: la breve pero muy bella contribución al homenaje al editor Kalmus, y la más consistente y, en su género camerístico, magistral Derives, de 1984, que Boulez presentó en Lisboa, Burdeos y París al año siguiente.

Estamos ante un ejemplo expresivo de la "maleabilidad de la materia sonora", necesaria para Boulez. También ante un caso más, en el músico francés, de comunicatividad-distanciación, paradoja que decide el talante de no pocas de sus creaciones musicales.

El 'frente' español

El frente español atacó con firmeza: Koan 77 es un ejemplo del bien hacer de Guijoan, que en ocasiones como la presente se resuelvetravés de una lírica aridez que tiene algo que ver con el arte de Tápies; las Espirales, de Jesús Villa Rojo -un homenaje a Goffredo Petrassi-, se estrenaron en Roma el año 1983 y discurren por la doble vía de lo estructural y lo afectivo en búsqueda de soluciones muy bellas.

Sin olvidar su ingenuismo de las primeras obras, Pablo Riviere nos presenta en Aunque es de noche (sobre san Juan de la Cruz, como puede suponerse) una sustanciación encantatoria que, sin caer en intentos misticistas, se mueve dentro de una espacialidad expectante y serena.

Inconformista

El benjamín del programa de este concierto, el madrileño David del Puerto (1964), acusó la fuerza de una personalidad ' inconformista al tratar materiales de su maestro Francisco Guerrero en Ritual. algo que prende inmediatamente en el oyente por la violencia de los contrastes sonoros y la seguridad de la traza.Todas las versiones merecerían no sólo el elogio a José Ramón Encinar, sino la cita de todos y cada uno de los instrumentistas: el violinista Francisco Romo parece incorporarse al grupo reducido de solistas idóneos para lo contemporáneo; de la pianista Elena Barrientos sólo ha de decirse que sigue en primera línea de calidad técnica y conceptual; lo mismo que el clarinetista Garcés, el contrabajista Alda, el percusionista Villalba, el flautista Revert y el resto del conjunto.