Sarney pide a los brasileños un gran acuerdo nacional para superar la dictadura

El presidente José Sarney invitó en la noche del lunes a sus "hermanos brasileños" a adoptar un gran acuerdo nacional (GAN) para borrar los efectos del "peor momento" de la historia del país, en clara referencia al régimen militar de los últimos 20 años. Todos las emisoras de radio y cadenas de televisión transmitieron el mensaje del jefe del Estado.

En lo que se considera una dura crítica al régimen militar, Sarney dijo que había dejado tras de sí un "paisaje devastado de injusticias sociales".

El gran acuerdo nacional incluye cinco objetivos: libertad, desarrollo, opción social, identidad cultural y soberanía e independencia. El acuerdo fue presentado la semana pasada por Sarney a los 23 gobernadores de los Estados brasileños, que mostraron su apoyo a la propuesta.

Sarney dijo en su mensaje que la libertad es inseparable en sus aspectos político, económico y social. El presidente brasileño mostró su respaldo a la libre iniciativa privada, sin la cual, dijo, no puede existir la libertad política y social, pero la rechazó en un cuadro de injusticia social. Sarney invitó a una política de desarrollo para alcanzar un crecimiento anual de entre el 5% y el 6%.

El desarrollo debe estar combinado con la lucha contra la inflación, para lo cual el Gobierno hará su parte, ajustando el gasto público, prometió Sarney, quien reveló que la inflación durante el primer semestre del presente año se redujo del 250% registrado en enero al 140% en junio.

Sarney puso el énfasis en la opción social que implica el GAN -"la prioridad será para los pobres", dijo- y reiteró su anuncio de la semana pasada, cuando lanzó un programa de alimentos cuyos beneficiarios, prometió, pasarán "de 4 a 20 millones".

Caldera social

Sarney dijo que Brasil es "una caldera social" porque en los 20 años de régimen militar la mitad más pobre de la población brasileña poseía el 4% de la renta nacional y hoy tan sólo el 3%. "El 10% de los más ricos que poseía el 39% de la riqueza nacional, hoy dispone del 51%", completó.El presidente brasileño propuso a preservación de los bienes culturales, que deberán, dijo, ser alentados y protegidos, y reiteró la postura de su Administración frente al Fondo Monetario Internacional (FMI) en la negociación de la deuda externa de Brasil, que alcanza 104.000 millones de dólares (más de 17 billones de pesetas).

Sin embargo, Sarney, que se expresó con serenidad, advirtió: "No me exijan milagros". Y se puso en guardia contra reivindicaciones imposibles que "asfixian" a la democracia.

Sarney pidió un nuevo orden económico mundial para defenderse del proteccionismo de los países desarrollados, y nuevas formas en las relaciones internacionales ante las restricciones a las importaciones del Tercer Mundo y ante la imposición unilateral de aumentos en las tasas de interés, de forma que la deuda sólo puede ser pagada al alto precio de la recesión económica.