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Holgada victoria parlamentaria del Gobierno belga en el debate sobre los euromisiles

El Gobierno belga consiguió ayer ganar una moción de confianza sobre la instalación de 48 misiles de crucero norteamericanos en su territorio. La coalición gubernamental de liberales y socialcristianos obtuvo, por 116 votos contra 93 y una abstención, la ratificación de su decisión de desplegar los 16 primeros euromisiles en la base de Florennes. El resultado de la votación fue acogido con abucheos por un pequeño grupo de pacifistas asistente al debate, que consiguió arrojar tierra sobre los parlamentarios antes de que la policía los expulsara de la sala.

Nada más concluir la votación, en la madrugada de ayer, alrededor de media docena de pacifistas que se encontraban en las galerías destinadas al público comenzaron a gritar consignas antinucleares y contra el Gobierno y a lanzar a los escaños ocupados por la coalición socialcristiana-liberal tierra envuelta en octavillas. Los pacifistas indicaban en las octavillas que la tierra había sido recogida en Florennes, que era tierra perteneciente a Bélgica y no debía ser hollada por las botas de los soldados norteamericanos. La policía rodeó a los manifestantes y los expulsó de la tribuna.Este incidente fue el único producido durante las 15 largas horas de debate parlamentario, que concluyó a las cinco de la madrugada de ayer con la holgada victoria de la política gubernamental.

Martens basó la "inevitable" decisión de instalar los cohetes en el rechazo soviético a las propuestas de conciliación ofrecidas a última hora, durante los funerales de Konstantín Chernenko, por el ministro de Exteriores, Leo Tindemans. "La instalación es una señal para los soviéticos, para que ahora negocien en serio sobre desarme en Ginebra", añadió Martens antes del debate.

El primer ministro desestimó las críticas de socialistas, comunistas, ecologistas y federalistas de Flandes, Valonia y, Bruselas, por considerar que la Constitución otorga al Ejecutivo plena competencia sobre la política de seguridad exterior. "La responsabilidad del Parlamento consiste en la confianza que otorga o no a posteriori al Gobierno", dijo Martens a los que criticaban el que los misiles llegaran antes que el voto en la Cámara baja.

El Gobierno belga decidió instalar los cohetes el pasado jueves a las once de la noche y avisó horas después al embajador de Estados Unidos y a la OTAN. La instalación se produjo al día siguiente, dos horas después de que Martens anunciara a la Cámara la decisión de su Gobierno, lo que provocó la cólera de la oposición, que calificó el hecho de "bofetada a la democracia".

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