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El Gobierno promete la ley del Jurado para 1986

El secretario de Estado para las Relaciones con las Cortes, Virgilio Zapatero, aseguró en la noche del pasado sábado que habrá ley del Jurado en la segunda mitad de 1986. El anuncio se produjo en el debate sobre El jurado, tema constitucional pendiente, organizado por la Asociación Pro Jurado. Zapatero añadió que el Gobierno aún no se ha decidido entre el jurado puro y el mixto, este último integrado conjuntamente por jueces y legos en Derecho. El defensor del pueblo, Joaquín Ruiz-Giménez, pidió la urgente puesta en marcha de una institución como el jurado, propia, según dijo, "de una democracia, avanzada".

MadridUno de los ponentes de la reunión -en la que no hubo coloquio final-, el fiscal y vicepresidente de la Asociación Pro Derechos Humanos (APDH), José Antonio Martín Pallín, hizo historia de las vicisitudes de la institución, recogidas en las memorias de la fiscalía general. Según reveló, a principio de siglo, y con muy pocos años de diferencia, mientras que en unas memorias se atribuía al jurado "la gran virtud de suavizar el rigor de los jueces de derecho", en otras se aconsejaba su supresión, "como medida de policía e higiene".Martín Pallín se pronunció a favor del jurado puro (sin jueces integrados en él), que es el tradicional español, y dijo que si se quiere que los jueces ilustren o influyan en los miembros del jurado no técnicos en derecho, deberán hacerlo "públicamente, durante la vista oral". En igual sentido se expresó el catedrático Juan Antonio Alejandre, quien identificó el jurado como propio de las etapas progresistas y siempre prohibido por las dictaduras. A requerimiento del presidente de la Asociación Pro-Jurado, Gustavo López Muñoz, Alejandre explicó que el jurado no tiene nada que ver con los tribunales populares.

La influencia del juez

José María Mohedano, abogado y presidente de la APDH, se pronunció a favor del jurado clásico y estimó que en la deliberación entre los denominados jueces de culpabilidad no debe haber ningún juez profesional, sino que éstos deben limitarse a presidir el juicio oral y aplicar el derecho en la correspondiente sentencia, de acuerdo con la decisión de los jurados. La también abogada Inmaculada González de Lara, dirigente de la Asociación Pro-Jurado, rechazó igualmente el riesgo de que los magistrados influyan sobre los jueces legos, y recordó la necesidad de renovar la judicatura y de aprovechar cualquier oportunidad para introducir un correctivo popular en un poder, como el judicial, desvinculado de la participación ciudadana.La gran mayoría de los ponentes se pronunció a favor del jurado puro -según unos, anglosajón; según otros, histórico español-, incluso el magistrado y vocal del Consejo General del Poder Judicial José Ignacio Jiménez, quien apreció además en el jurado la virtud de significar, "para los magistrados, una cura de humildad".

Sólo el catedrático Vicente Gimeno Sendra, autor del más importante borrador de la futura ley con que cuenta en estos momentos el Ministerio de Justicia, se manifestó a favor del jurado mixto. En su opinión, el debate sobre ambos sistemas de jurado está mal planteado, porque lo importante es aumentar la participación de los ciudadanos en la administración de justicia, que en el llamado jurado puro sólo se limita a la apreciación de los hechos, sin tener en cuenta otras circunstancias jurídicas. Añadió que, en cambio, con el asesoramiento del juez profesional, el jurado puede ampliar su campo de actuación a delitos más complejos, como las apropiaciones indebidas, y a delitos urbanísticos o ecológicos, de gran trascendencia social.

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