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Una sentencia bien acogida en España

La sentencia del Tribunal Europeo de Justicia, con sede en Luxemburgo, fue considerada ayer "extraordinariamente positiva" por el secretario general de la Federación Española de Editores, Jaime Brull, no sólo porque va en la línea de lo practicado por numerosos países, entre otros Estados Unidos y España, sino porque favorece la libre circulación de las ideas, que debe ser el objetivo primero de la actividad editorial.Brull explicó que los grandes descuentos, como el patrocinado por la cadena francesa de hipermercados Leclerc, premian los libros de grandes tiradas en perjuicio de las pequeñas, posiblemente especializadas, que en definitiva contribuyen poderosamente al patrimonio cultural común.

Más información
El Tribunal Europeo de Justicia ratifica la ley francesa sobre el precio Único del libro

Según decía Le Monde en diciembre de 1971, en el mercado del libro, creado por la legislación de la Administración de Giscard D'Estaing, "reina la ley de los grupos financieros más poderosos, a costa de las librerías de calidad, y, a corto plazo, de la creación literaria y no conformista".

No quedan de momento claros los aspectos de la ley relativos a la importación, toda vez que el tribunal europeo pide ciertas modificaciones técnicas. Algunos grandes grupos franceses habían intentado burlar el espíritu de la ley con la modificación de la naturaleza de su sociedad -mediante la reconversión en supuestas cooperativas, por ejemplo-, o a través de exportaciones a países vecinos, para una inmediata e íntegra reimportación de los libros impresos.

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