El fenómeno espontáneo de La Fura dels Baus
El grupo catalán La Fura dels Baus presentó anoche en el Mercado de Frutas y Hortalizas de Legazpi, en Madrid, su espectáculo Accions, que será representado hasta el próximo 30 de septiembre.
No hay memoria histórica para calificar a un grupo que nace como un fenómeno espontáneo, sin precedentes. La Fura dels Baus vienen a Madrid por segunda vez para inaugurar la temporada del recientemente creado Centro Nacional de Nuevas Tendencias Escénicas. Con Accions encontramos nuevos lenguajes, formas que aparecían en otras manifestaciones artísticas vanguardistas, pero no en el teatro.
Los componentes de la Fura dels Baus están siendo calificados desde su aparición de punkis, zombis, marranos, posnucleares, apocalipticos y, fundamentalmente, locos. Y es que, al no haber precedentes, se enjuicia el espectáculo con excesivas referencias.
En una forma de expresión teatral nueva hay que exigir cambios de perspectiva y opinión. No se puede enjuiciar un trabajo de investigación tan sorprendente como Accions si no se visualiza éste con una nueva concepción.
En La Fura dels Baus no hay actores, sólo ejecutores. El actor pasa por una formación que lo especializa y, al mismo tiempo lo incapacita. En Accions, el ejecutor toma las ideas y las trans porta a un trabajo físico de manipulación de materiales que finaliza en una expresión plástica y en un espectáculo, en este caso parateatral. Un actor de escuela no estaría preparado para reventar un coche y mantener a mil personas en movimiento.
Situaciones límite
En el teatro, habitualmente nos encontramos con una tensión actoral que se da en el escenario y una tensión emocional que el espectador vive desde el patio de butacas, por el que está protegido. En Accions, el ejecutor sale de cualquier lugar, la arquitectura es modificable por unos actores, la conducta teatral es una forma de aceptación de las propias capacidades para extraer un personaje, no mera experimentación.No hay que pensar que estamos ante un teatro de la crueldad en la línea de Artaud, como si se pretendiera un cambio de actitud constante. La Fura dels Baus es conductista y, a través de estímulos y sensaciones, produce un show de conducta: acción-reacción-acción-reacción. Tal es la respuesta del público ante un espectáculo que ofrece tensión, situaciones límite, un ámbito sonoro, de una sonoridad agreste, un instinto defensivo, agresividad visual y un espacio en el que se obliga al espectador a vivir el rodaje de todo lo que ocurre allí de una forma tan directa como el actor.
Bienvenidos sean con su nueva estética furera al desolador campo de la vanguardia teatral.
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