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Los resultados de las elecciones no permiten la formación de una mayoría estable en Córcega

ENVIADO ESPECIAL, El próximo día 24 del presente mes de agosto quedará constituida la nueva Asamblea regional, en la que las elecciones del pasado domingo no han dado mayoría ni a la izquierda ni la derecha. Esta Asamblea deberá administrar durante seis años la isla a partir de las competencias que le concede el estatuto particular con el que el Gobierno central de París pretende satisfacer la afirmación de su identidad como pueblo y también su despegue económico.

La Asamblea de 61 miembros, elegida anteayer por los corsos, repite ya los síntomas de crisis política que obligaron a convocar las elecciones del domingo, debido a las dificultades que presenta la formación de una mayoría gobernante. Si este primer ensayo de descentralización francesa fracasara por segunda vez (la antigua Asamblea de Córcega sólo duró dos años por falta también de una mayoría homogénea), el estatuto corso y, a su vez, todo el programa francés de regionalización le cederían el paso, aunque sólo fuese temporalmente, al jacobinismo centenario de este país.Los resultados de la consulta popular corsa para elegir la Asamblea anticipados ayer se vieron confirmados por el recuento definitivo de los sufragios. Votó el 68,6% del censo, porcentaje aproximadamente igual al que acudió a los colegios electorales hace dos años para elegir la primera Asamblea regional corsa. Ni la derecha ni la izquierda tradicionales han conseguido una mayoría; todas las variantes de la primera suman 30 escaños, y le harían falta 31 para tener un dominio estable in el seno de esa Asamblea, que debe desarrollar los poderes administrativos y culturales que le confiere el estatuto particular.

La izquierda, a su vez, suma sólo 25 escaños, y llegaría a los 31 ,imprescindibles para ser mayoritaria, si se unieran a ella los tres diputados autonomistas de Edmond Simeoni y los tres del Movimiento Corso para la Autodeterminación (MCA), que es la variante política de los separatistas clandestinos del Frente para la Liberación Nacional de Córcega (FLNC). Pero esto nadie,lo considera viable de antemano; incluso los independentistas declararon ayer a EL PAI S que "no,es seguro que participemos en los trabajos de la Asamblea hasta que, el domingo próximo, se examine el problema en una reunión del Movimiento". En definitiva, la vida de la Asamblea regional puede ser tan precaria como lo fue su antecesora.

El veredicto de los corsos, con su voto, evidencia algunas lecciones determinantes de cara al futuro de la isla: el nacionalismo, momentáneamente al menos, está en declive.

¿Se radicalizarán ahora los clandestinos del FLNC que practican la violencia, al verse apoyados por un 5,23% del electorado? Es una de las incógnitas del futuro inmediato. Otra lección: el Frente Nacional (FN), de extrema derecha -con el 9,22% de los votos y seis escaños-, se sitúa como una fuerza determinante en la isla.

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En resumen, las diversas fuerzas de la- derecha son dominantes, pero divergentes entre ellas; otro tanto les ocurre a las de la izquierda. Y las dos componentes nacionalistas (independentistas y autonomistas), con una representatividad igual, del 5% cada una aproximadamente, hoy por hoy aparecen irreconciliables.

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