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Reportaje:

Los apaches que hablan alemán

400.000 personas rememoran en la RFA las aventuras 'indias' que escribió Karl May

Desde primeros de junio a primeros de septiembre, como desde hace ya 15 años, 400.000 hombres, mujeres y niños de la República Federal de Alemania peregrinan a Elspe, en la región de Sauerland, a unos 100 kilómetros al este, de Colonia, donde durante dos horas viven con intensidad la lucha del bien contra el mal y sueñan "con el triunfo del derecho y la justicia". Winnetou, el jefe de los apaches mescaleros, cabalga de nuevo, Old Shatterhand derriba con sus poderosos puños a los bandidos y el malvado Santer vuela por los aires, cuando quiere apoderarse del oro de los apaches. Al mismo tiempo, en la otra Alemania, la República Democrática Alemana está en marcha el proceso de recuperación del "hijo pródigo" Karl May, el autor de Winnetou, que en el pasado fue criticado como "autor fascistoide". El corresponsal de EL PAIS en Bonn, asistió a la representación de Winnetou en el Festival de Eispe e informa sobre la recuperación de Karl May en la RDA.Son como los millones que cada año llegan en vuelo charter a "Malorca" y se hinchan de "paela" y sangría, se tuestan en la piscina de un hotel y regresan después de 15 días. Se montaron en el coche. con la mujer y los niños y llegaron a Eispe, un pueblo perdido en la región de Sauerland, donde se representá durante todo el verano el llamado "espectáculo al aire libre más visitado del mundo": el Festival Karl May, que esta temporada presenta Winnetou. Este verano se espera la llegada del "espectador cuatro millones".De los 64 tomos publicados de Karl May se ha llegado ya a una tirada de 80 millones de ejemplares. Karl May es en Alemania lo que un Julio Veme o Emilio Salgari, el autor por excelencia de novelas de aventuras y evasión, leído por millones de niños y adolescentes, que recuerdan toda su vida la muerte de Winnetou, las hazañas de Old Shatterhand y lloran en las películas, cuando muere la hermana del jefe apache.

En Elspe ha surgido todo un complejo en torno a Karl May. Todos los años, con la proximidad del verano, se pone en marcha el festival. Desde horas antes, niños y grandes llegan y se esparcen por la pradera para escuchar música country, subirse a la locomotora de vapor y comer en el salbon un filete "estilo Oeste", una costilla old Shatterhand o carne picada Montana y Texas. Muchos se detienen ante la casamata de Buffalo Child, un auténtico cherokee de 1,93 metros de estatura y casi 61 años, que baila, vestido con toda su indumentaria, danzas indias al compás de un tocadiscos. Buffalo Child se fotografía con los niños, los papás y las mamás, firma autógrafos en un póster. Una locutora, vestida con traje de cuero con flecos en las mangas y sombrero tejano, explica que "los indios respetaban la naturaleza" y se refiere al problema de la "lluvia ácida, del que ahora se habla tanto, aquí en Alemania". El discurso recuerda casi un mitin de los verdes -el Partido Ecologista- y los visitantes escuchan disciplinados las explicaciones de cómo "las mujeres indias eran muy emancipadas y su opinión tenía peso en el consejo de mujeres de la tribu. A veces ponían los bártulos del hombre a la puerta de la tienda y le echaban. Se podían marchar con otro hombre, sin necesidad de divorcios, ni abogados".

El gigantesco Buffalo Child no aparenta sus casi 61 años y la presentadora explica que se conserva tan bien "porque no bebe agua de fuego para servir de ejemplo a los jóvenes indios, entre los que hay muchos que fuman, beben y toman drogas, pero Búffalo Child quiere ser para ellos un modelo ejemplar".

La representación de Winnetou tiene lugar bajo una carpa, que tiene una forma similar a la del estadio olímpico de Munich. Bajo la carpa, los espectadores contemplan la colina, donde transcurre la representación, que comienza con un breve resumen de los elementos de la obra, que transcurre en Nuevo México, el año 1866. Aparece la diligencia Wells Fargo, que es acogida con aplausos, sigue el actor que representa a Old Shatterhand, quien narra la historia en primera persona como si fuese la autobiografía de Karl May, aparece el sheriff borracho, que sale dando tumbos del saloon y los bandidos, que persiguen a tiros la diligencia, sin que falte el grupo de especialistas, que hacen de indios y realizan toda clase de cabriolas sobre los caballos entre el regocijo de los espectadores.

Dos horas para soñar

El mantenedor del festival se dirige al público, para pronunciar unas palabras de bienvenida y apertura y explica que "tiene que ser posible soñar durante dos horas, soñar con el triunfo del derecho y la justicia". Tras estas palabras, surge desde lo alto de la cumbre de una colina Winnetou a caballo. El público rompe en aplausos, mientras Pierre Brice, el actor francés que mejor representa también al héroe indio en la pantalla cinematográfica, cabalga majestuoso hacia el poblado. Entre los 4.000 espectadores muchos se levantan y disparan sus cámaras fotográficas, las mismas que horas antes sirvieron para fotografiar a la mujer y los niños con Búffalo Child y que dentro de unas semanas registrarán para la posteridad la foto al lado de la paela de Malorca.La representación cumple lo prometido. Durante dos horas el público es transportado a un mundo donde el bien y el mal quedan marcados de forma definida y clara. Cada aparición de Winnetou va acompañada de una ovación y la de los bandidos por abucheos. El tema de Winnetou es actual, casi un tema ecologista: la construcción del ferrocarril a través del territorio apache y la destrucción del medio ambiente en elque vivían los indios. Podría ser un paralelismo a la construcción de la pista del aeropuerto de Francfort o una nueva central nuclear a la que se opone un grupo ecologista.

Winnetou es un héroe positivo y pacifista, que sólo se decide a recurrir a la violencia, cuando no queda otro recurso, para defender a su pueblo. Matochaco es el indio violento, a quien Winnetou le explica que "la paz es mejor que la guerra". Matochaco tiene que luchar con el rostro pálido bueno, Old Shatterhand, que le vence y le perdona la vida. Así lo quiso Manitú y Winnetou y Old Shatterhand sellancon su sangre la hermandad.

El whisky es agua de fuego, el ferrocarril el caballo de hierro y hay rostros pálidos y pieles rojas. Pero la versión de este año incluye alguna morcilla curiosa, como la frase "en Washington hay presidentes que entienden más de caballos que de política". Indudablemente se trata de una trase apócrifa, que no escribió Karl May, porque a finales del siglo pasado no podía adivinar que un día Ronald Reagan sería presidente de Estados Unidos, a quien sin duda alude el actor.

Tras la muerte de la hermana de Winnetou, enamorada de Old Shatterhand, la acción culmina con la espectacular explosión de la colina, donde se encuentra el malvado Santer, que había ido a robar el oro de los apaches. Winnetou dice a Old Shatterhand: "Ahora estamos los dos solos, hermano".

El público saluda con ovaciones a los actores una y otra vez, pero, bajo el influjo de la representación, aplaude a los buenos y abuchea a los malos.

Gran mentiroso admirable

Tras la caída del nazismo, Karl May fue casi proscrito en su país natal, que, en la división de Alemania, quedó al otro lado, la actual RDA; sus obras se cotizaban a precios astronómicos en el mercado negro de los anticuarios de Berlín Este, Dresde o Jena. Los intentos de imponer un "realisino socialista" y de tachar a Karl May como "un autor que estuvo condenado en dos ocasiones a muchos años de cárcel por fraude, robo, estafa y falsificación no puede ser un modelo adecuado para nuestra juventud" y un "nacionalista impenitente" que consagra la superioridad de la raza blanca. La burocracia cultural de la RDA no pudo, sin embargo, con el autor que logró lo que el maestro del periodismo alemán, el reportero Egon Erwin Kisch, señaló, cuando escribió: "Estábamos muchísimo mejor informados sobre las cordilleras, el río de la Plata y la tierra de El Mahdi y el Kurdistán salvaje. Mucho más que sobre las regiones del Reich, que aparecían en los papeles amarillentos".En la RDA, el año 1983, se comprobó que gran número de recién nacidos eran inscritos en el registro civil con el nombre de Winnetou, después que las editoriales oficiales se decidiesen a reimprimir las obras de Karl May, que se agotaron en un santiamén. Hasta la televisión oficial de la RDA se decidió, las pasadas navidades, a pasar las películas de Winnetou, naturalmente con Pierre Brice en el papel del jefe mescalero. La postura oficial ha cambiado ante Karl May. Hermann Kant, presidente de la Sociedad de Autores de la RDA, la guardia pretoriana del realismo socialista, llegó a escribir sobre el autor de Winnetou: "Oh, gran mentiroso admirable, alabado sea tu tantas veces insultado nombre. Te doy las gracias, loco genial, por las mil y una noches llenas del humo de la pólvora y el tronar de las patas de los caballos. Ardientes gracias por el sol del Ecuador y el viento de la pradera, por la arena del desierto y el césped de la estepa, gracias por Shatterhand, Hadschi y Winnetou".

Winnetou cabalga de nuevo por las praderas del Oeste en el Festival de Elspe y en la imaginación de muchos lectores en el Este, por encima de las alambradas que les separan.

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