Arqueología abandonada
Durante las pasadas fiestas de Semana Santa, un grupo d e amigos estuvimos visitando las ruinas del Cástulo, antigua ciudad romana, situadas a cinco o seis kilómetros al sur de Linares, en la provincia de Jaén.Allí tuvimos la oportunidad de conocer al guarda forestal encargado, desde hace nueve meses, de cuidar y vigilar los terrenos que constituyen este importante yacimiento arqueológico. Este hombre, que posee unos conocimientos de historia antigua sorprendentes, se ve obligado a vivir con su familia -mujer y tres hijos- en una casa de 40 metros cuadrados, sin agua corriente ni luz eléctrica, y teniendo que soportar una verdadera plaga de moscas y mosquitos y el hedor de un establo adosado a su casa, donde el arrendatario de los citados terrenos, en los que aún se pueden encontrar restos íberos, fenicios, romanos, visigodos y árabes, guarda sus ovejas arropadas por una capa de tres palmos de estiércol.
A la tensión producida por la vida en unas condiciones indignas para cualquiera, especialmente para una persona sensible y culta como es el guarda de Cástulo, se han sumado en las dos últimas semanas los incidentes ocurridos entre él y el arrendatario de los terrenos, al sorprender el primero al segundo arando a 60 centímetros de profundidad y ocasionando los imaginables destrozos.
Este cúmulo de aberraciones, la despreocupación de los responsables en cuanto a su situación -la de su familia y la de los terrenos a su cuidado- y la tremenda sensación de impotencia derivada de todo ello provocaron en el guarda una crisis nerviosa por la que tuvo que ser hospitalizado y ahora se encuentra dado de baja laboral.
Deseamos, si es posible, solidarizarnos desde aquí con esta familia y hacer público un caso que, sin duda, no es único en nuestro país, y sugerir a quien competa que se podrían crear miles de puestos de trabajo dignos si se desarrollara una política de recuperación y conservación de los innumerables yacimientos arqueológicos que todavía quedan en España./