_
_
_
_
_
Tribuna:TRIBUNA LIBRE
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La investigación científica y las carreras de burros

Algunos de los problemas más importantes de la situación de la ciencia en nuestro país podrían resumirse en la observación de un joven y brillante colaborador de nuestro grupo de trabajo, que decía, refiriéndose a los investigadores españoles: "No lo comprendo, os preparáis como un pura sangre para correr en carreras de burros". Tenía toda la razón. Un investigador, después de terminar su licenciatura en una universidad o escuela superior, trabaja durante tres o cuatro años en su tesis doctoral, sale a realizar un período de formación de varios años en el extranjero (generalmente en laboratorios e instituciones de buena categoría) y, tras este aprendizaje, se considera que está en condiciones de llevar a cabo su trabajo de una manera independiente (aunque no solitaria) y eficaz. En total, conseguir una formación científica operativa le cuesta al investigador unos ocho años de su vida y al Estado varios millones de pesetas.Aquellos que tienen suerte pueden reintegrarse a su país y empieza para ellos una carrera de obstáculos que convierte en poco tiempo el impulso que traían en un trotecillo correspondiente a la mejor tradición de los rucios ibéricos.

La carencia de una política científica en España hasta hace muy poco tiempo y el muy reciente y tímido inicio de la niÍsina hacen que, aún en la actualidad, el número. de líneas de trabajo y la elección de los temas sean una responsabilidad exclusiva del investigador, dependiendo de sus gustos personales y siendo, en un elevado porcentaje de casos, una continuación de lo que venían realizando en los laboratorio! extranjeros en los que seformaron. Estos pequeños grupos no pueden nunca desarrollarse adecuadamente y alcanzar la masa crítica necesaria para llevar a cabo un trabajo eficiente, independientemente de que esté integrado o no en unos objetivos nacionales.

Aislamiento

Los centros de trabajo en los que se realiza la actividad científica se encuentran en general mal dotados de servicios generales básicos: administración, gestión, servicio de reparación eléctrica, fontanería, almacén, etcétera, lo que hace que el investigador tenga que perder una parte importante de su tiempo realizando funciones de mecanografía, pedidos, repaso de facturas, etcétera. El investigador tiende entonces a ser autosuficiente y a tener todo aquello que puede necesitar en alguna ocasión, dándose la paradoja de la existencia de multiplicaciones de instrumental con una utilización ínfima, lo que supone un auténtico despilfarro dentro de la pobreza.

Con todo, el aislamiento científico es lo que daña más gravemente la creatividad del investigador y, por ende, su capacidad productiva. Aun en los mejores casos de coordinación, no más de inedia docena de grupos de trabajo (entre 15 y 20 personas) se enfrenta con un tema común, lo que permite realizar una investigación seria y de buena calidad, pero no posibilita la realización de objetivos que, por una parte, contribuyan al desarrollo de la ciencia como fuente de conocimiento y, por otro lado, ayuden a resolver a medio y largo plazo algunos de los problemas que la sociedad española tiene planteados: nuevas tecnologías, nuevos materiales, recursos hídricos y su aprovechamiento más eficaz, sanidad, etcétera. A modo de comparación basta indicar que cualquiera de las multinacionales farmacéuticas (Roche, Lilly, Sandoz, etcétera) dispone sólo para investigar en farmacología de un número de investigadores superior al existente en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas en todas las ramas de la biología, desde la oncología a la entomología.

En estos momentos, el Gobierno y el partido que lo sustenta parece que son conscientes de la necesidad de la investigación científica para cualquier sociedad avanzada en el último tercio de nuestro siglo; tanto en su programa electoral como en declaraciones de sus líderes, así se reconoce. No obstante, la realización práctica del desarroflo de nuestra investigación científica presenta problemas que hay que solventar urgentemente.

Renovación

Existe un número de investigadores españoles que realizan su trabajo en centros extranjeros de excelente nivel, y una de las posibilidades para el desarrollo de nuestra ciencia sería el incorporarlos a laboratorios de nuestro país. Todo el mundo parece estar de acuerdo en ello. Sin embargo, ésta no puede ser la única medida a realizar, ni siquiera la más importante, aunque sí la más espectacular. La simple incorporación de estos dentíficos, acostumbrados a un sistema de investigación más eficiente, a nuestra estructura precaria, arcaica y burocráticamente, rígida les llevará en unos pocos años al desencanto ante la imposibilidad de llevar a cabo una investigación eficiente y a una nueva emigración, esta vez definitiva. Es necesario puntualizar, sin embargo, que a esta situación se llegaría no tanto por falta de medios materiales como por la inexistencia de un ambiente científico en nuestra sociedad.

Existe el conve ncimiento entre gran parte de los científicos españoles de que este es el momento de lograr una renovación en la ciencia española, y están dispuestos a prestar su esfuerzo a la misma. Pero evidentemente esto no es suficiente. El Gobierno debe, ineludiblemente, llevar a cabo una serie de acciones clave:

a) Unas medidas de tipo legal, estableciendo claramente las reglas del juego en las que se va a desenvolver la investigación y que eliminen los corsés administrativos que la asfixian en la actualidad (desburocratización entre otras).

b) Una definición clara de los objetivos nacionales a los que debe .contribuir la investigación, incluyendo como objetivo el desarrollo de la ciencia como actividad de conocimiento sin finalidades inmediatas, ya qué la investigación aplicada sólo puede llevarse a cabo cuando existe un volumen suficiente de ciencia fundamental. La definición de prioridades debería hacerse teniendo en cuenta que la capacidad investigadora y los recursos disponibles de nuestro país son limitados y no permiten. abordar todas las áreas de la ciencia.

e) Una política de personal que élimine al funcionariado como única manera de acceder a la investigación y establezca unas pruebas de selección que indiquen realmente la capacidad de trabajo del investigador. Estas medidas deben permitir la incorporación de investigadores extranjeros que quieran trabajar en nuestro país y resulten en un beneficio claro, dada su categoría, para el mismo. Cabe indicar aquí la enorme potencialidad que ha perdido España con gran número de excelentes investigadores procedentes del exilio suramericano y que han encontrado cobijo en otros países europeos (Francia, Alemania, Dinamarca, Reino Unido, etcétera). .

d) Un apoyo económico decidido, que suponga un crecimiento de la investigación financiada públicamente hasta alcanzar los niveles usuales en las sociedades industrializadas (1%-2%. del PIB). El Estado tiene, a su vez, la obligación de exigir responsabilidades sobre la gestión y los resultados de las inversiones en ciencia.

e) La política de crecimiento debe contemplar no solamente la creación de centros funcionales, donde se pueda desarrollar la labor científica, sino también la incorporación a la investigación de nuevas generaciones de jóvenes comprometidos con la ciencia que en estos momentos se ven en la imposibilidad de hacerlo.

En unos momentos en que los países industrializados están haciendo inversiones muy importantes en investigación como alternativa para la superación de la crisis económica, es responsabilidad del Gobierno actual decidir rápidamente si nuestra ciencia debe continuar con el cansino andar del borrico o hacer un esfuerzo para incorporarse a la auténtica carrera.

Vicente Larraga, Alberto Marquet y Eduard Rodriguez Farré son doctores en Ciencias, investigadores del CSIC y miembros de la Sociedad Española de Bioquímica.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_