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Síntomas de arreglo en la disputa sobre el Beagle

Todo parece indicar, tanto en Buenos Aires como en Santiago, que la disputa argentino-chilena por la posesión de tres minúsculas islas en el canal austral del Beagle y la proyección de sus aguas jurisdiccionales sobre la Antártida está a punto de resolverse con la aceptación por ambas partes, con leves modificaciones, de la mediación papal.Dante Caputo, el joven canciller argentino y mano derecha del presidente Raúl Alfonsín, ha dedicado en las últimas semanas sus mejores esfuerzos a ofrecer al país un éxito diplomático y la paz moral y política con Chile. Desde Santiago, el canciller chileno, Jaime del Valle, acaba de declarar que el diferendo por el Beagle "está prácticamente resuelto", y el embajador de Pinochet ante la mediación papal ha interrumpido sus vacaciones para regresar precipitadamente a Roma.

El nuncio apostólico en Chile se ha mostrado igualmente optimista y el cardenal arzobispo de Buenos Aires ha emprendido una visita de tres días por la punta austral del país.

Versiones vaticanas recogidas en Buenos Aires indican que al menos podrían firmarse unas bases para el acuerdo final antes del 20 de enero, entre Caputo y Del Valle, en presencia de Juan Pablo II. El acuerdo no ha trascendido -caso de haberse alcanzado- y hasta la propuesta papal continúa siendo oficialmente secreta.

Oficiosamente se sabe que las islas en litigio quedarían en manos chilenas, pero sin soberanía sobre las 200 millas marítimas. A 10 millas de la isla más oriental se dibujaría "un muro marítirno" que, bordeando las costas, delimitaría las proyecciones chilena y argentina sobre la Antártida.

A una y otra parte del "muro de lápiz", en el mapa se establecerían acuerdos de cooperación para la explotación de las aguas y la plataforma continental.

El Gobierno radical argentino, abrumado de problemas y hasta privado de los 100 días de gracia que se concede a toda nueva Administración, necesita alguna buena noticia que ofrecer a la sociedad.

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Al presidente Pinochet, por su parte, tras los acosos de su oposición interna en los últimos meses y el aumento de su descrédito internacional, también le urgiría esta "paz territorial" con Argentina, bajo bendición papal, que sería saludada por todo el mundo.

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