El robo del mosaico de Itálica reaviva la polémica sobre transferencias del patrimonio andaluz

El robo de un importante mosaico en Itálica reaviva las tensiones entre la administración central y la autonómica en materia de Patrimonio Histórico-Artístico. La presencia el jueves, durante algunas horas en Sevilla, del subdirector nacional de arqueología, Manuel Martín Bueno, que pareció no tener otra finalidad. que hablar con la prensa para restar importancia al robo -afirmó que el 40 % de las teselas del mosaico son de poliester y producto de sucesivas restauraciones, por lo que su valor no supera las 400.000 pesetas"- es interpretada en medios próximos a la Junta de Andalucía como un deseo de la Administración Central de ponerse a salvo de las criticas que podrían lloverle por el retraso en la negociación de las transferencias en materia de patrimonio artístico.

Las transferencias en esta materia han sido objeto de una larga polémica a lo largo del año entre la Junta de Andalucía y la Administración Central. Para los responsables del gobierno autonómico, según informa nuestro corresponsal en Sevilla Alfredo Relaño, queda claro en el estatuto que todos los monumentos de Andalucía deben ser competencia suya. Al comenzar a discutirse las transferencias en Cultura, Javier Solana expresó su oposición a transferir las competencias sobre La Alhambra "y otros monumentos andaluces de carácter universal".Las discusiones se han agriado en algún momento, con expresiones de firmeza del presidente de la Junta de Andalucía, Rafael Escuredo, en el sentido de no retroceder ni un ápice. Finalmente, pasado el verano, la polémica comenzó a apagarse y se llegó a una especie de solución de compromiso: un texto ambiguo que no dejaba vencedores ni vencidos. Escuredo presidiría el patronato de La Alhambra, la conservación sería competencia de la Junta, pero no quedaba claro si La Alhambra era competencia de la Junta o del Estado. En cualquier caso, el tema parecía secundario, puesto que nadie va a pretender inscribirla en el registro de la propiedad, ni venderla. Con este texto, el decreto de transferencias fue firmado por el' ministro de Cultura, Javier Solana, y por el consejero de Cultura de la junta, Rafael Román.

Robo de aficionados

En cualquier caso, la consejería de Cultura sigue sin transferencias, y mientras tanto se produjo el robo del mosaico de Itálica. De ahí que la aparición del subdirector de arqueología en Sevilla, el pasado jueves, la fecha posterior al robo, fue una sorpresa para los responsables de Itálica en la Diputación y para el director general de patrimonio de la Junta. Martín Bueno hizo saber a los medios informativos la sorprendente revelación de que el mosaico robado no tendría ni un 50 % de teseras originales, que más de la mitad era plástico procedente de la restauración, que el robo no sería obra de un profesional, sino de algún mal aficionado relacionado con los trabajos en Itálica.Manuel Martín Bueno manifestó ayer en Madrid a la redactora de este periódico Ángeles García: "La persona que ha robado el mosaico, o es un imbécil o pretende conseguir un golpe de efecto, con el que dejar en evidencia a las instituciones autonómicas y estatales. Cualquier persona mínimamente entrada", dijo Martín Bueno, "sabe que el 40% de las teselas son de poliéster, producto de sucesivas restauraciones y cuyo su precio en el mercado no supera las 400.000 pesetas. Estoy convencido de que el mosaico no ha sido retirado por expertos (un técnico hubiera utilizado las colas adecuadas y no la adhesiva que se ha usado en este caso), pero sí ha sido alguien que en cambio conoce perfectamente la situación de las ruinas de Itálica".

El representante de la Administración central afirma que tiene algunos indicios de que este robo pueda ser producto de una campaña de desprestigio contra las instituciones. Una de estas pruebas serían los saqueos realizados en las terceras termas de Itálica, en las que ahora se trabaja. "Con todo, creo que el mosaico aparecerá, porque, al ser muy conocido -no por ser el mejor sino porque es el que mejor daba en las fotografías-, no va a tener salida ni en el mercado clandestino".

Pero, al margen de la autoría concreta de este robo, Martín Bueno reconoce que ni el yacimiento arqueológico de Itálica ni ningún otro del territorio español reúnen las condiciones de seguridad capaces de evitar los robos y expolios. Los datos que ofrece señalan que existe en España un mínimo de 600 conjuntos arqueológicos de primer orden, para cuya conservación y consolidación se cuenta con un presupuesto anual de 800 millones de pesetas y cuya vigilancia, en la mayoría de los casos, corre a cargo de una sola persona que hace las veces de guía, cuidador y conservador.

Falta de medios

"El Estado español", afirma,carece de medios para vallar cada yacimiento (al margen de esos 600, hay miles de puntos interesantes) y poner guardias en cada una de las esquinas. Eso es imposible y no se puede hacer. Sería lo mismo que pedir un vigilante junto a cada ' una de las plantas o animales de interés general".

Ante esta falta de medios, la solución barata y accesible que tiene prevista el ministerio está en iniciar una campaña de concienciación ciudadana para evitar los pequeños y grandes "robos diarios que a punta de detector de metales cometen irresponsablemente personas supuestamente respetables que luego tienen y exhiben en sus casas valiosas colecciones romanas o de cualquier otra época", asegura Martín Bueno.

La nueva ley del Patrimonio, cuya aprobación estaba prevista para el pasado mes de octubre y se ha visto retrasada hasta enero, recoge toda una serie de sanciones que, en opinión de Martín Bueno, pueden solucionar en muy poco tiempo el problema de los robos en las excavaciones arqueológicas. "Esto, unido a los medios que puedan facilitar las comunidades autonómicas, puede resolver el tema de la consolidación del patrimonio".