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Tregua en la crisis libanesa

Un éxito personal para Arafat

., Los centenares de combatientes palestinos liberados ayer de las cárceles israelíes o del campamento libanés de Ansar que gritaban en el aeropuerto de Argel: "Arafat es nuestro jefe" demuestran hasta qué punto el masivo intercambio de prisioneros es un éxito personal para el líder de la resistencia palestina, sitiado desde hace dos meses por sus adversarios en la ciudad libanesa de Trípoli.El riesgo físico corrido por los seis soldados israelitas sometidos en Trípoli a los bombardeos siriolibios y que, en el mejor de los casos, podían caer en manos de. los palestinos radicales, ha incitado al Gobierno de Tel Aviv a aceptar todas las condiciones puestas por Arafat: liberación de: todos los cautivos de Ansar, puesta en libertad de un centenar de palestinos detenidos en cárceles del Estado israelí y restitución de los archivos de la resistencia incautados en septiembre de 1982 en Beirut por el Ejército de Israel.

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La reacción de las fuerzas que cercan la ciudad no se ha hecho esperar. La artillería siria bombardeó el puerto de Trípoli, según denunció el propio Arafat, para torpedear la evacuación de los soldados israelíes que iban a ser en ese momento transportados hasta el buque fráncés Dupleix, y poco después, un portavoz del grupo palestino prolibio, que acaudilla Ahmed Jibril, calificaba en Damasco el intercambio de "insensato" y "unilateral".

Consciente del auge del prestigio del líder de la resistencia que iba a suponer el éxito del desarrollo de la operación de canje, Ahmed Jibril, que cuenta también con las simpatías del régimen baasista sirio, afirmaba que se trataba de "una maniobra de Estados Unidos y Francia, que han. presionado a Israel para realzar la imagen de Arafát.

Por este motivo, algunos observadores no descartan que este "ínilagro", término utilizado por Yasir Arafat para definir el intercambio, exacerbe la animadversión de los palestinos sublevados, que presionarán, a su vez, al régimen sirio para que anticipe el asalto al último bastión de la OLP.

A pesar de sus simpatías por Arafat, todos los fedafin liberados no podrán en ese caso defenderle, porque la Marina israelí, en el mar, y las tropas sirias, en tierra firme, bloquean los accesos a Trípoli.

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