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Raúl Alfonsín une en su Gobierno las principales tendencias del radicalismo

El presidente electo de Argentina, el radical Raúl Alfonsín, tiene ya decidido su Gobierno, según confirmó anoche oficialmente el secretario de prensa del partido radical, Carlos Castro. Raúl Borrás ocupará la cartera de Defensa; Dante Caputo, la de Asuntos Exteriores, Antonio Tróccoli, Interior, y Juan Carlos Pugliesse, la presidencia de la Cámara de los Diputados.El ex presidente del Gobierno español Adolfo Suárez llegó ayer a Buenos Aires portando un mensaje personal del presidente Felipe González para Raúl Alfonsín.

Raúl Borrás es un íntimo amigo de Alfonsín, jefe político de su campaña electoral; Caputo es diplomado en ciencias políticas, ajeno a la carrera, que intentará poner a trabajar a los diplomáticos argentinos. Tróccoli y Pugliesse se enfrentaron a Alfonsín en la reorganización interna del radicalismo y acceden a puestos clave, realzando la unidad del partido: el primero, a Interior, por sus buenas relaciones con peronistas que gobernarán buena parte de las provincias, y el segundo, a la presidencia de la Cámara Baja, por su s excelentes dotes parlamentarias.

Los escasos intentos de alguna de las tres armas para aproximarse al presidente in pectore para discutir sobre nombramientos militares han sido cortados de raíz por Alfonsín, quien se niega a hablar con los uniformados de sus futuros destinos. Fuentes radicales aseguran que al menos 40-50 generales y almirantes en actividad pasarán inmediatamente a retiro. Una inmediata reducción de gastos militares será transferida automáticamente al presupuesto educativo.

Se da por segura la supresión de las comandancias en jefe de cada arma, y la jefatura de Estado Mayor será el más alto rango al que puede aspirar un militar argentino. Las secretarías técnicas de cada fuerza, detentadas por jefes en retiro (un engarce entre el arma y el Gobierno), desaparecerán, absorbiendo sus funciones el Ministerio de la Defensa. "Será el ministro de Defensa quien reviste a las guarniciones", aseguran los radicales.

Raúl Prebisch, anciano economista argentino de renombre internacional, padre de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina), llegó hace dos días a Buenos Aires y se ha ofrecido sin reservas para colaborar con la nueva Administración. En el mismo sentido se ha expresado Borges si se le pidiera su contribución para impartir la negativa imagen exterior de la Argentina.

Por su parte, el justicialismo continúa reunido desde hace dos días, sin haber alcanzado otro acuerdo que la constitución de un consejo federal, integrado por figuras del interior, para que trace una nueva estrategia política y dialogue con el nuevo Gobierno. En un ambiente sórdido, de gran tensión, y entre recriminaciones mutuas, calificadas como tabernarias por algunos asistentes, la cúpula peronista se niega a dimitir.

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Tanto Lorenzo Miguel como Herminio Iglesias se aferran a sus cargos y sólo se atisba la posibilidad de que el primero pida una licencia temporal para ser sustituido provisionalmente por el vicepresidente segundo del peronismo y gobernador electo de Santigo del Estero, Carlos Arture, Juárez.

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