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EE UU, preocupado por la tensión en la frontera camboyano-tailandesa

Estados Unidos sigue con preocupacíón la evolución de los acontecimientos en la frontera camboyano-tailandesa. Aunque un portavoz del Departamento de Estado norteamericano declaró ayer que Washington no había recibido petición alguna de ayuda militar suplementaria por parte de Bangkok, manifestó: "Vamos a mantener consultas con el Gobierno tailandes para ver en qué podemos serles útiles".Precisamente, se encuentra ya en Bangkok el secretario adjunto del Departamento de Estado para Extremo Oriente y el Pacífico, Paul Wolfowitz. EstadosUnidos y Tailandia están asociados por un pacto de seguridad mutua firmado en Manila en 1954. Por el momento, las autoridades de Bangkok no tienen intención de recurrir a las claúsulas de este tratado.

Wolfowitz anunció ayer que su Gobierno entregará a la Cruz Roja Internacional una contribución especial de 1.500.000 dólares (más de 220 millones de pesetas) para ayudar a las víctimas de los enfrentamientos. Según fuentes occidentales, el número de muertos en los combates se eleva a 200 y el de heridos a varios centenares.

La jornada de ayer fue relativamente tranquila y sin duelos artilleros entre tailandeses y vietnamitas a un lado y otro de la frontera. La aviación de Bangkok sobrevoló, en misión de reconocimiento, la zona donde penetraron el lunes tropas vietnamitas, que fueron ametralladas y bombardeadas. Estas fuerzas se replegaron al otro lado de la frontera.

Con relación a estos bombardeos, el mando militar de Bangkok desmintió ayer que sus aviones utilizasen bombas de napalín, como habían afirmado algunos periódicos occidentales.

Acusaciones de Hanoi

Hanoi, por su parte, ha responsabilizado a Tailandia de los enfrentamientos, al tiempo que acusa a este país de actuar en combínación con la guerrilla camboyana y China.Vietnam considera que la incursión al otro lado de la frontera era un "castigo bien merecido", y una fuente gubernamental de Hanoi defendió el derecho del régimen aliado de Phnom Penh a "castigar y perseguir a los bandidos fuera de su territorio".

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No obstante, Hanoi, siguiendo su táctica habitual de negociar y combatir, ha reiterado su llamamiento a los países vecinos para encontrar una solución pacífica al problema camboyano.

La actual ofensiva vietnamita, desencadenada, simultáneamente contra los tres movimientos de la guerrilla camboyana demeres rojos, fuerzas leales al príncipe Norodon Siliantik y resistencia anticomunista), se ha producido tras el rechazo por parte de los países de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (Tailandia, Indonesía, Malaisia, Filipinas y Singapur) de una propuesta de diálogo formulada en Vientian en la cumbre de países indochinos (Vietnam, Laos y Camboya), celebrada el pasado mes de marzo.

Los países indochinos propusieron en julio de 1982 la creación de una zona de seguridad entre Tailandia y Camboya que incluiría la retirada de tropas vietnamitas de la zona y el repliegue de las fuerzas guerrilleras.

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