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María Monteverde: "Nunca volveré a Guatemala

La española María Magdalena Monteverde Ascanio, detenida en Guatemala el pasado 11 de enero, fue puesta en libertad a última hora del miércoles por los tribunales especiales guatemaltecos por "no existir suficientes pruebas en su contra" de haber participado en el asesinato del administrador de una finca.

a.Junto a Monteverde, fue puesto en libertad el norteamericano Michael Glenn Ernest, detenido con la española y procesado por los mismos sucesos. "Nunca volveré a Guatemala", ha declarado Monteverde.

Los dos fueron entregados a las autoridades consulares de sus respectivos países ante numerosos periodistas nacionales y extranjeros que esperaban fuera del centro de detención, en el corazón de la capital guatemalteca. María, puesta en libertad tras veintiocho días de cautiverio, hizo ayer unas primeras declaraciones para manifestar que se encontraba "aún muy nerviosa, pero feliz". "Nunca perdí la esperanza" agregó Monteverde, "pero había días que se hacían muy largos".

"Siempre que tenía visitas se hacían los días más cortos, pero hubo algunos que parecían interminables", manifiesta María, quien, junto con Ernest, ha gozado del privilegio de contar con una defensa justa durante el proceso que se le instruyó, ventaja de la que no gozan todos los guatemaltecos acusados de terroristas ante los tribunales especiales. Las autoridades permitieron, además, que tanto los padres del norteamericano como la madre de María pudieran ver a sus hijos varias veces, lo que tienen vedado los guatemaltecos, incluso los condenados a pena de muerte.

Quizá por esto, y para evitar contratiempos por las especiales condiciones en que ha sido puesta en libertad, María Monteverde, que pudo haber sido fusilada, ha manifestado que fue bien tratada desde el momento de su detención.

Libertad provisional

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El abogado de la española, Conrado Alonso, ha manifestado que los jueces no aclararon el motivo de la liberación, sino que se limitaron a informar por teléfono a los cónsules que ya podían ir a recoger a los detenidos. El cónsul español, José Antonio Bordallo, y Alonso dijeron que Monteverde había firmado antes de salir del centro de detención un documento que le concedía la libertad, aunque la detenida quedaba a disposición de los tribunales especiales.

Alonso manifestó que el documento firmado por su defendida significaba una especie de libertad provisional y que ningún funcionario del Gobierno guatemalteco le había explicado las razones de este requisito.

María Monteverde ha manifestado que durante el tiempo que permaneció en una sala del hospital militar del segundo cuerpo de la policía nacional "no quise leer ninguna noticia publicada sobre nuestra detención, excepto las que me daba personalmente Bordallo", ha dicho. "Mis compañeras de encierro me hacían regalos y ocultaban los periódicos para que yo no los viera".

La española se ha negado a manifestar su opinión sobre la situación política guatemalteca, aunque ha afirmado que tiene su propio criterio sobre lo que está pasando en el país centroamericano.

El Gobierno español ha manifestado su satisfacción por la puesta en libertad de Monteverde, "lo que confirma el convencimiento que se tenía de que su detención se debía a un malentendido".

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