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Kohl expresa en París el acuerdo de la República Federal de Alemania con las tesis de Mitterrand sobre defensa europea

El canciller alemán occidental, Helmut Kohl, pronunció ayer un discurso en París en el que se manifestó totalmente de acuerdo con el presidente francés, François Mitterrand, en materia. de defensa europea, a partir de los principios que este último reiteró anteayer en su discurso en el Parlamento de la República Federal de Alemania (RFA). Así concluyeron, en esta capital, las 48 horas de celebración del tratado de cooperación entre los dos países, firmado en 1963. Ambos Gobiernos han reafirmado su deseo de entendimiento futuro, a pesar de dos grietas de talla: la economía y la seguridad.

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Un discurso histórico

"Hacemos el mismo análisis que Mitterrand, es decir, el rearme soviético pone en entredicho el equilibrio de las fuerzas militares en Europa, hace la paz incierta y, en consecuencia, debe ser corregido. La mejor forma sería que ambas partes (Estados Unidos y la Unión Soviética) renuncien a toda categoría de armas".Así se expresó Kohl ayer en esa capital, adonde viajó para continuar la celebración del aniversario del tratado franco-alemán.

Con ello, en el Hotel de la Moneda parisiense respondía Mitterrand que anteayer, en el Parlamento federal alemán occidental (Bundestag), reafirmó solemnemente su solidaridad con Estados Unidos en materia defensiva y la necesidad del equilibrio de fuerzas Este-Oeste mediante la instalación de los misiles Pershing en Europa occidental.

Y esto último advirtiendo que, de ninguna manera, permitiría que se contabilizara el arma atómica francesa a la hora del recuento de las potencialidades nucleares del Este y del Oeste.

La concertación

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Kohl, en la misma dirección de lo anterior, coincidiendo también con el presidente francés, recalcó que "está más de actualidad que nunca" una estrecha concertación franco-alemana en materia de seguridad y de defensa. "Para esto último", añadió, "hemos activado las disposiciones previstas en el tratado del Elíseo".

Este tratado es el que firmaron, hace veinte años, el canciller Konrad Adenauer y el general Charles de Gaulle. De una manera más general, Kohl lanzó un llamamiento para que se intensifiquen "Ia solidaridad y la comprensión entre los dos pueblos".

Al final de los dos días de festejos, en las capitales de Francia y de la República Federal de Alemania, un balance escueto del entendimiento actual entre Francia y la República Federal de Alemania arroja el resultado que sigue: los dos Gobiernos se manifiestan dispuestos a continuar cultivando su amistad.

Cultivar la amistad

Pero dos escollos obstaculizan esos deseos oficiales. El económico, de manera más tangible: el comercio entre ambos países es negativo para Francia por valor de 40.000 millones de francos (más de la tercera parte de la deuda de su comercio exterior global en 1982) y no parece que la República Federal de Alemania, como pidió FranQois Mitterrand anteayer, esté dispuesta a hacer muchos sacrificios para corregir ese desequilibrio.

El segundo obstáculo es seguridad europea: el presidente francés, con su toma de posición firme, ha satisfecho a los democristianos alemanes de igual manera que a todas las variantes de la opinión francesa, exceptuando la comunista.

Sabido es, sin embargo, que una parte importante, e incluso creciente, de la opinión alemana occidental (los verdes, es decir, los ecologistas, y de manera más disimulada los socialdemócratas) es sensible a los argumentos de la Unión Soviética, que pretende impedir la implantación de los misiles Pershing en Europa occidental y que desea que se contabilicen las fuerzas atómicas gala y británica sumándolas a su vez a la norteamericana.

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