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Tribuna:TRIBUNA LIBRE
Tribuna
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Guinea Ecuatorial: el poder de Mongomo

El modelo de poder en Guinea Ecuatorial surge violentamente el 5 de marzo de 1969, cuando Macías y sus correligionarios, en una hábil maniobra, provocan la destrucción de las instituciones democráticas en base a un compló inexistente. Tales instituciones, recogidas en la Constitución apadrinada por Castiella en 1968, y que debían servir como instrumentos de arbitraje civilizado de las distintas facciones en el poder, se mostraban en su inicio débiles en sus estructuras y en sus bases, y por eso no resistieron el embate violento del grupo tribal-fascista que pugnaba por hacerse con todas las riendas del poder.La toma del poder en Santa Isabel (hoy Malabo) por el grupo tribal en 1969, se produce por la ausencia de una condición objetiva para el establecimiento de un Estado moderno, a saber, la existencia de una clase social con conciencia de tal y unida por unos intereses comunes, que decide articular racionalmente en torno suyo a un conglomerado de etnias, tribus y familias en un proyecto común de vida. Era impensable, en definitiva, un Estado moderno sin la existencia del grupo que lo caracteriza y adjetiva, es decir, una burguesía local, por muy débil que fuera.

Otro dato a tener en cuenta en ese proyecto fracasado que marca el comienzo de la crisis secular que azota mi país, es la ausencia de la necesaria imbricación entre la supuesta clase política y el poder económico, el cual descansaba todavía en manos de los colonos y de unos aristócratas españoles. ¿Cómo podía defender Macías una Constitución que garantizaba la pervivencia de un status que a su vez garantizaba el funcionamiento de las estructuras económicas controladas por los antiguos amos, si éstos jamás le sentaron a la mesa del banquete de la tarta colonial?.

El poder del clan

Quedaba claramente perfilado el hecho de que la pertenencia a un clan y más tarde la pertenencia a un distrito regional -el clan y el distrito de Macías- constituía un elemento más solidarizante -que el ser heredero de un status colonial. Este modelo de poder es el macismo.

Empero, aquí Macías es un simple epifenómeno. Debe quedar claro que en Guínea nunca existió un poder personalista absoluto -salvo en períodos cortísimos de días y aun de horas-. Macías Nguema y ahora Obiang Nguema son dos epifenómenos bajo el control del verdadero grupo en el poder, cuyas raíces se hunden en algún siniestro poblado ubicado en un claro practicado a la selva, en Mongomo. A este grupo se le denomina, simplificadamente, la Tribu. Comenzó a aflorar tímidamente en 1969 y culminó su golpe de Estado con la eliminación de los, últimos elementos exógenos al cuerpo y espíritu tribal, año y medio antes del recambio llamado golpe de libertad".

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En el plano político, el modelo macista conseguía su autorreproducción mediante la utilización sistematica de la violencia indiscriminada. En lo espiritual, la Tribu obtenía su fortalecimiento a través de los ritos y aquelarres celebrados en el altar de la locura en honor de la diosa irracionalidad.

Esos dos parámetros, violencia e irracionalidad, lo enmarcan como grupo político fascista. Por ser característico de sus miembros la común pertenencia a un clan y/o un distrito, tal grupo fascista es, su vez, tribal.

Ese conjunto dual tribu-fascio es el que dicta su ley en Guinea prácticamente desde los albores de la independencia. Su primer hombre fuerte fue Macías; tenía carisma y don de palabra. Ahora el nuevo-duce es Teodoro-Obiang Nguema Mbasogo; tiene el mérito de haber pasado por Zaragoza para recibir unas tenues pinceladas sobre las artes de la guerra, y eso es decisivo para la nueva representación teatral que algunos ilustrados de la Tribu han planificado para este segundo acto de la tragedia guineana.

Siendo enemiga la Tribu de cualquier atisbo de racionalidad, el instrumento de dominación y pervivencia en lo económico utilizado por ellos es la acumulación primitiva de capital mediante la apropiación directa, cruenta o incruenta, y sin ritos ni tapujos, de los bienes privados -incluidas las mujeres- de los supuestos enemigos políticos y de los bienes colectivos -léase ayudas, donaciones, etcétera-.

Confficto intertribal

Una vez agotado el plazo,de amortización física de los bienes expropiados a los guineanos asesinados, encarcelados o huidos, la Tribu se veía en la necesidad de revitalizar las bases económicas bajo nuevos supuestos políticos. Así no podían seguir. Empero, ante este razonamiento no parecía haber una total unanimidad entre los elementos del poder, pues tal argumento ponía en entredicho algunas de las formas exteriores del sistema de poder: las alianzas internacionales, la represión extrema, el encuadramiento masivo de los guineanos, el ostracismo oscurantista, etcétera. De allí que surgiera necesariamente el conflicto intertribal, que tenía que zanjarse manu militari, ante la intransigencia de Macías y sus incondicionales más cercanos. Se monta así toda la trama del golpe de libertad, como instrumento de apoyo de la facción más proclive a razones. de supervivencia. Cae Macías Nguema; sube Obiang Nguema y se cierra el primer acto. El aluvión de acontecimientos producidos en los primeros meses posteriores a la caída de Macías, unido al natural confusionismo del momento, estuvo a punto de dar al traste con la estrategia de recambio interno, afanosamente urdida, y provocó una desbandada inicial de los integrantes de la Tribu; pero ésta, ante la - ausencia de un contrapoder, consigue reorganizarse prontamente y los resultados aparecen claramente a comienzos del año 1980. En dos años y medio, y gracias a los apoyos políticos, ayudas, donaciones y créditos, los mongomistas han completado el plan y controlan, más o menos, todos los resortes del poder político y económico en Guinea Ecuatorial.

Una maniobra casi perfecta

No cabe duda que la maniobra ha sido casi perfecta, hasta el punto de que algunos Gobiernos y organismos internacionales se han visto atrapados en la estratagema. En este caso, el Gobierno español es el que más se ha comprometido en el tinglado, desoyendo -y reprimiendo- a la -según ellos y por culpa de ellos- débil oposición guineana, integrada casi en su totalidad por los cuadros guineanos formados y exiliados en España, y en los que el pueblo guieano, a pesar de su debilidad en la lucha, tiene depositadas sus esperanzas de salvación.

Una cosa está clara en relación con esto último: las ayudas, apoyos y,donaciones de todo tipo otorgados por España y otros países han constituido una verdadera UVI para la exhausta fuerza política mongomista. Sin embargo, para tales ayudas no se vislumbran garantías de rentabilidad ni de devolución, siquiera del principal.

Existe una total correlación entre la llamada Constitución presentada días atrás por Teodoro Obiang Nguema y los intentos clansimos de hacer pervivir, cueste lo que cueste, el poder tribal mongomista. Una Constitución otorgada puede llamarse fuero o cualquier otra cosa, salvo Constitución, por muy bien que esté redactada. La cuestión no está en los técnicos que la han dado forma, sino en el espíritu tribal que la anima.

Si, según Obiang Nguema, nadie discute su puesto de jefe de Estado, ¿por qué no ha convocado elecciones libres para la presidencia? ¿Por qué no han devuelto antes la soberanía al pueblo convocándolo, sin mordazas, a elecciones para una asamblea constituyente? ¿Pueden ser acaso fuerzas sociales, tipos y grupos como el hechicero combe N'ko Ivasa, el asesino Bató o el consejo de brujos de Mongomo?

El referéndum convocado para el 15 de agosto para aprobar el fuero otorgado -que no Constitución-, al margen de sus innumerables vicios de forma y su cas¡ inviabilidad técnica, reviste las mismas características que el convocado tiempos atrás por blacías bajo la égida del terror.

Constituye una gran temeridad la burla histórica a que somete el grupo de Mongomo a Guinea, convocando bajo amenazas a un pueblo hambriento y aterrorizado a votar no le sabe qué, en medio de una fanfarria orquestada con la connivencia de Gobiernos y partidos occidentales pretendidamente democráticos.

Si el actual poder guineano hubiera negociado y pactado con las fuerzasvivas del país, es previsible que Obiang se hubiera asegurado, como resultado de un compromiso histórico, la permanencia en el poder durante el período de transición. Todo ello a cambio dé unas mayores cotas de libertad para el pueblo. Tal como se ha hecho y se harán las cosas, el pueblo se automarginará al no sentirse ligado ni comprometido con un proyecto que no comparte y que le es hostil. De esta forma, lo único, que ha quedado asegurado es la continuidad del desgobierno y del marasmo.

Celestino Nyo-Okenve es un exiliado guineano residente en España.

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