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La invasión israelí de Líbano

Divergencias israelíes sobre el asalto final contra Beirut

"El Ejército israelí ha alcanzado todos sus objetivos en Líbano y no tenemos ninguna intención de ocupar los barrios occidentales de Beirut", declaró ayer el primer ministro israelí, Menájem Beguin, ante las pantallas de la televisión norteamericana, mientras su ministro de Defensa, Ariel Sharon, afirmaba en Beirut a la radio israelí que la misión de las tropas hebreas "no puede considerarse terminada, mientras siga funcionando en la capital libanesa el cuartel general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP)".

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Esta tesis del general Sharon están ganando adeptos en el seno del Gobierno, al tiempo que Siria endurece su postura en Líbano y los expertos militares israelíes consideran posible una reanudación de los combates a gran escala.La contradicción flagrante sobre la suerte de Beirut entre los dos más autorizados portavoces del Gobierno de Tel Aviv, Beguin y Sharon, refleja las divergencias existentes entre los ministros. El estancamiento de la situación en Beirut y la ausencia de progresos en la solución política de la crisis libanesa, refuerzan la posición de Sharon en el debate.

La tentación de solucionar el problema que representa la OLP en Beirut mediante una última ofensiva militar está presente no sólo en la mente del general Sharon, sino también en la de varios de sus colegas civiles en el seno del Gobierno.

Los medios políticos israelíes se muestran inquietos por lo que califican de "endurecimiento de Damasco". Los sirios han rechazado la tímida petición del presidente libanés, Elías Sarkis, y de otras personalidades políticas para que evacúen Líbano al mismo tiempo que el Ejército hebreo.

Si tiempo atrás Damasco hablaba de que sus fuerzas se encontraban en Líbano a petición del Gobiemo de este país, ahora los dirigentes sirios su brayan que están en este país por decisión de la Liga Arabe y que "sólo una decisión de este organismo en la que se nos pida una retirada será tenida en consideración". Así lo declaró ayer el ministro sirio de Información.

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Mientras tanto, se han reanudado los bombardeos en Beirut al tiempo que aumenta la tensión. Varios expertos militares israelíes temen una reanudación de las hostilidades en gran escala.

"Siria ha encajado golpes muy duros, pero no ha sufrido una derrota decisiva", ha declarado el general judío. Elí Ben-Gal, comandante en jefe del Frente Este, que dirigió las operaciones efectuadas contra los sirios en el valle de la Bekaá.

El experto militar Eytan Haber se preguntó ayer en el periódico popular Yedioth Aharonth "si nos encontramos en vísperas de un segundo round".

Sin embargo, la Prensa israelí advierte al Gobierno de los riesgos que comportaría un ataque contra la capital libanesa que podría tener graves consecuencias políticas, aunque fuesen derrotados los palestinos.

El periódico nacionalista de gran tirada Maariv escribe que el precio de sangre que Israel deberá pagar por esa acción será demasiado elevado y que la reacción norteamericana puede ser muy negativa.

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