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Reportaje:

"El papel de la Prensa escrita es interpretar"

Jorge M. Reverte

Rossana Rossanda es una de las figuras intelectuales de la izquierda italiana. Codirectora del diario Il Manifesto, fundadora, junto con Lucio Magri, del Partido Unidad Proletaria, cabeza de la nueva izquierda de los primeros años setenta, y pensadora marxista mundialmente reconocida, tiene en su haber una particular característica, que es su capacidad para no anclar su pensamiento en épocas pasadas. Venida a España para dar una serie de conferencias organizadas por la Fundación Pablo Iglesias, concedió una entrevista en exclusiva para EL PAÍS.

La izquierda -comienza su diagnóstico- está en grandes dificultades, porque ya no puede movilizar a las masas con las viejas ideas y no posee ideas nuevas. Vivimos un período en el que están erosionándose las leas en las que la izquierda y el movimiento obrero se basaban. A ello habría que añadir la crisis el marxismo, sobre la que se podrían decir muchas cosas, pero o pienso que sobre todo la crisis está en todas aquellas categorías que la izquierda y el movimiento obrero han tomado del Estado burgués del siglo pasado. Me refiero muy concretamente a la concepción estatalista que considera el paso del capitalismo al socialismo casi como un simple cambio en la propiedad.

Crisis cultural profunda

Y con una cierta extrañeza, se refiere a España:-Creo que, a este respecto, la izquierda española mantiene una posición sobre la televisión que se basa en el monopolio estatal. En Francia, los cambios que se han producido desde la llegada al poder del partido socialista se basan en la misma concepción estatista. Y los límites de una concepción semejante los podremos ver, si no se registra una participación de las masas, bastante pronto. Una política así tiene unas consecuencias muy negativas. Es preciso insistir en esta idea: no sólo está en crisis la ideología burguesa, sino su antagonista, la ideología del movimiento obrero. Y es que hay una crisis cultural profunda, semejante a la que precedió a la Revolución Francesa. Crisis económica, crisis internacional, de transformación tecnológica. Es un período en el cual el mismo concepto de las. masas, sobre el que se basaba la izquierda y el movimiento obrero, ha cambiado. Ya no se puede hablar de las masas pobres, de las gentes sin cultura, este concepto ha cambiado en los últimos años. No se puede hablar de masas uniformes, sino de un conjunto de individualidades. Que, además, ya no se identifican con los partidos, con las organizaciones sindicales. Son individuos más fuertes, menos resignados, menos integrables, cuyas necesidades son necesidades radicales, pero que aún no tienen su propia cultura. Hay unas necesidades radicales, pero no hay una cultura alternativa. Ironiza Rossana Rossanda sobre su propio diario, Il Manifesto, al referirse a estas dificultades: "El diario lleva ya once años funcionando y tiene una cierta estabilidad, pero si hubiera que sacarlo ahora por primera vez, seguramente fracasaríamos". Y se extiende algo más sobre los problemas de la Prensa de la izquierda:

-La información ya no puede ser concebida sólo como instrumento del poder, sino del modo de ser del Estado. Es interesante recordar a este respecto la teoría de los micropoderes de Foucault.

Con voz calmada y un suave gesto de las manos rechaza por vieja la teoría de la contrainformación:

-La contrainformación, tal como se concibió los pasados años, no es más que un complemento de la gran información, forma parte del sistema. Lo que se produce es una división del trabajo. Las emisoras pequeñas que tanto han proliferado en Italia se encargaban de dar información de conflictos laborales o seguían de cerca un tipo de conflictos sociales, por ejemplo, que eran olvidados por los grandes medios de difusión, pero a cambio se resignaban a dejar las manos libres a éstos en el resto de los temas. Por eso, nosotros concebimos el diario Il Manifesto como un órgano de información política, que abarcara todo el espectro informativo.

Huelga de zapateros

"Esto nos trajo algunos problemas. Por ejemplo, la primera vez que yo escribí un artículo sobre Ingrnar Bergman, se nos acusó de que había temas más importantes para ese espacio, como una huelga de zapateros. Pero no podemos dejar a los grandes medios la exclusiva de tratar los grandes temas. Así, yo pienso que es más importante que algún pequeño conflicto escribir sobre la gran operación política que es la película de Warren Beatty Reds. La razón se ha mostrado de nuestra parte. Hoy, de todas aquellas emisoras que cubrían las ondas con su contrainformación no quedan más que las delicadas a tratar todos los temas. Y nosotros seguimos funcionando, somos un grupo de presión importante. Lo que sí pensamos es que ha cambiado el papel de la Prensa escrita. Los medios audiovisuales se adelantan en dar las noticias. La Prensa escrita tiene otro papel, que es el de proporcionar el punto de vista, la opinión, ofrecer interpretaciones diversas. A partir de 1968, y sobre todo en Italia, se produjo un fenómeno de gran envergadura, la aparición de nuevos grupos políticos que disentían de la izquierda tradicional en sus planteamientos, que ponían en cuestión en muchos casos lo,s pilares esenciales sobre los que se asentaba esta izquierda tradicional. A este gran movimiento político, ideológico y cultural se le llamó la nueva izquierda. Rossana Rossanda no es muy optimista sobre su situación actual:

Complicidad en el silencio

La sociedad hablaba cuando apareció la nueva izquierda. Hoy estamos, en una situación en la que las masas son silenciosas, excepto en Polonia. Y ya se han ocupado de aplastar un movimiento de tal envergadura, con la complicidad de las Cancillerías occidentales. Porque la formación de una clase obrera autónoma es un problema común. Pero volviendo a la nueva izquierda, que fue desde mi punto de vista el movimiento más potente de cambio en muchos años, su existencia quedó comprometida ad partir de la decisión del Partido Comunista Italiano de apoyar una política de compromiso histórico, lo c.lue suponía, entre otras cosas, la aceptación de la recuperación de los beneficios empresariales, la compresión de los salarios, la aceptación de la movilidad de la mano de obra. En ese momento, la nueva izquierda se quebró entre la alter nativa fidel desencanto o de la radicalización hacia la violencia, que no es otra cosa sino una forma de afasia cultural. Violencia que tiene dos variantes: las posturas radicales de ilegalismo y la terrorista, apoyada esta última por el cruce de dos herencias, la cristiana y la estalinista. La nueva izquierda tampoco tenía las respuestas para dar una solución a la crisis, pero tenía el impulso del cambio.

Terrorismo y democracia

El problema terrorista surge así en Italia. Y Rossana Rossanda opina que, sin una solución al mismo, no hay posibilidad de asentar definitivamente la democracia. Pero observa también una creciente tendencia igualmente amenazadora:-El problema de la unanimidad en la lucha contra el terrorismo es muy grave para la democracia. Porque no es posible combatir este fenómeno con instrumentos que van contra la propia democracia, tales como las leyes que permiten encarcelar durante largos períodos a presuntos terroristas sin que se les haya procesado. Son auténticos monstruos legislativos. Además, hay una inmoralidad igualmente monstruosa, que es la modalidad del terrorismo arrepentido. Un brigadista que ha matado a diecisiete personas puede ver su pena reducida a tres años de cárcel si puede delatar a muchos de sus compañeros. Un simple militante de base que no sepa nada de la organización se pasará, sin embargo, treinta afíos en la cárcel por rebelión armada. Es un co mercio inmoral con la vida humana. Porque en Italia es muy simple tomar un arma, matar con ella, arrepentirse poco después y salir con una condena muy corta. Rossana Rossanda ha sorprendido a sus lectores con la publicación de su último libro, Las otras (Editorial Gedisa), donde, por primera vez, se muestra partidaria de las tesis feministas. Y habla de ello con una gran sinceridad:

-Yo he tenido una carrera de hombre, no comprendía la lucha de las mujeres. El conocimiento de las otras mujeres me ha llevado a ponerme en cuestión a mí misma. Ha sido una experiencia no solamente intelectual, sino sobre todo emocional, porque el movimiento de las mujeres tiene una carga de sufrimiento que no tiene,ningún preso. Mi acercamiento al mismo se debió a un impulso político, pero se convirtió en algo mucho más fuerte, me puso en cuestión como mujer emancipada. Y termina con un tono resignado:

-Lo que pasa es que las grandes opciones de mi vida ya están hechas...

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