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Venus, un desolado paisaje gris y marrón formado por rocas de basalto

Aunque el análisis completo de todos los datos recogidos por las dos sondas soviéticas que se posaron el 1 y el 5 de marzo en la superficie de Venus puede tardar años en realizarse; los científicos han obtenido ya algunas conclusiones interesantes de esta misión espacial al misterioso planeta, siempre cubierto de nubes. Las extremas condiciones atmosféricas del planeta, casi 500 grados de temperatura y 89 atmósferas de presión, pudieron ser superadas durante tres horas por los instrumentos de las sondas, antes de quedar inutilizados.

Las fotografías en color tomadas por las sondas Venera 13 y Venera 14, y los análisis químicos realizados en muestras del suelo de Venus han permitido a los científicos soviéticos deducir que la mayor parte de la superficie del planeta está formada por antiguos conglomerados de basalto, semejantes a los encontrados en la Tierra a mavor profundidad En conferencia de Prensa, los responsables de la exploración de Venus, planeta prioritario en el programa espacial soviético, señalaron hace unos días en Moscú que su conocimiento puede resultar fundamental para saber el proceso de formación de la Tierra.Las rocas basálticas que se encuentran en Venus son similares a las que forman el manto terrestre, a una profundidad nunca inferior a los 60 kilómetros de la superficie.

Las dos sondas soviéticas se posaron, con cuatro días de diferencia, el 1 y el 5 de marzo, a mil kilómetros de distancia una de otra, en regiones topográfica y geológicamente diferentes. Ambas tenían por misión la toma de fotografías en color y de muestras del suelo, lo que se realizaba por primera vez, además de la transmisión de otros muchos datos.

Para las cámaras de la Venera 13, que pudieron funcionar durante 127 minutos, el paisaje era de color marrón, formado por pequeñas piedras y sembrado de bloques pétreos rectangulares. La Venera 14, que se posó en una región más baja, tuvo sus cámaras funcionando durante 57 minutos, y mostró un paisaje gris recorrido por extrañas formaciones de lava.

Un cielo anaranjado

Visto desde la superficie, el cielo tenía un color anaranjado y estaba cubierto de bruma. El efecto es con secuencia de la capa de nubes que cubre Venus, de 80 kilómetros de espesor, que difunde la luz solar a través de una atmósfera compuesta en un 96% por anhídrido carbónico.Treinta segundos después de la llegada de cada una de las sondas, un brazo mecánico armado de un taladro hueco tomó muestras de la superficie, que fueron "succionadas", debido a la diferencia de presión, al interior, donde estaba instalado un pequeño laboratorio. El análisis de las muestras, totalmente automático, se realizó por radioisótopos, y dio como resultado que correspondían a rocas basálticas fuertemente alcalinas.

Las fotografías panorámicas, en rojo, azul y verde, fueron tomadas por pequeños periscopios, protegidos por espesos cristales de cuarzo, que se hicieron surgir de las sondas para cubrir un campo de visión, de 37 grados de altura y 180 de amplitud. Al mismo tiempo se encontraban funcionando unos sismómetros para detectar la posibilidad de temblores sísmicos.

El descenso de las sondas a través de las capas de nubes cada vez más densas y a mayor temperatura se realizó tras su desprendimiento de las naves espaciales, que siguieron en órbita del planeta, con la protección de una especie de conchas, que actuaron también de freno. Las sondas efectuaron multitud de medidas durante la hora aproximada que duró su descenso.

Un diodo láser que emite en rayos infrarrojos permitió estudiar detalladamente la composición de la atmósfera -la capa de nubes deja paso a unos cuarenta kilómetros de altura a una atmósfera clara- y otros sofisticados instrumentos, como los cromatógrafos de fase gaseosa y los espectrómetros de masa, fueron utilizados también para obtener más datos.

Venus, el planeta más próximo a la Tierra, fue el primero que recibió la visita de un vehículo espacial terrestre, precisamente el Venera 3, que se estrelló en la superficie en 1966, y ha sido factor importante en la carrera espacial entre rusos y norteamericanos. Desde 1979, ningún ingenio humano había vuelto a Venus. Entonces, en el plazo de apenas un mes, recibió la visita de cuatro vehículos no tripulados, dos norteamericanos y dos soviéticos.

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