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François Mitterrand viaja hoy a Washington para entrevistarse con Ronald Reagan

El presidente François Mitterrand viaja hoy a Washington para entrevistarse durante tres horas con el presidente norteamericano, Ronald Reagan. Objeto esencial de este desplazamiento que en principio estaba previsto para el próximo mes de mayo, es frenar la degradación de las relaciones francoamericanas y, en la medida de lo posible, mejorar la comprensión entre los aliados europeos y Estados Unidos.

En Francia, desde que estalló la crisis polaca, se palpa, cada día de manera más tangible, que el Gobierno de Estados Unidos, apoyado por su opinión pública, se hastía de sus aliados europeos. Nadie se cree que hoy por hoy Washington lleve a cabo su amenaza ya tradicional: cambiar de alianzas, es decir, abandonar el Atlántico por el Pacífico.Las cosas no serían tan simples, pero en este país ni la oposición conservadora liberal ni la actual mayoría mitterrandista desean llegar a esos extremos. Cada vez que Mitterrand ha tenido que definirse, desde que llegó al poder, no lo ha dudado: "Nuestro aliado es Estados Unidos". Pero el mismo Mitterrand pretende realizar una política interior y exterior no enfeudada necesariamente a la de Washington.

El terreno diplomático es el que ahora, tras un primer contacto alentador, resquebraja el idilio entre Reagan y Mitterrand. El golpe de Varsovia es el que ha cristalizado de manera más nítida las diferentes posturas ante la geopolítica mundial de Estados Unidos, por un lado, y de Francia y el resto de Europa occidental, por el otro. Todos los temas conflictivos se han enconado, a causa del no seguimiento de la política americana de represalias contra la URSS, por parte de los europeos.

Esos temas son los siguientes: el económico-financiero. El dinero caro impuesto por Washington desbarata las economías europeas, y semanas atrás Mitterrand y el canciller de la República Federal de Alemania, Hemult Schmidt, en París amenazaron con medidas unilaterales si la Administración norteamericana no cedía. Francia, por su lado, conduce una política en América Central (venta de armas a Nicaragua y apoyo a los movimientos progresistas) que contraría la de Reagan.

Franceses y alemanes han firmado contratos importantes de compra de gas a la URSS que han sido estigmatizados por Washington. Los europeos, en general, le facilitan tecnología a los soviéticos, oponiéndose, una vez más, a las directrices de los americanos, a pesar de que estos últimos le venden cereales. Todo este contencioso se sitúa en el marco de las relaciones Este-Oeste, es decir, en el que determina y limita el mano a mano entre Washington y Moscú.

Esta es la fatalidad que también desde un primer momento ha rechazado el mitterrandismo: el que todos los problemas del globo queden reducidos a un asunto que en última instancia deben resolver los dos grandes. La entrevista en la Casa Blanca durará tres horas.

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