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Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa

Los países socialistas afirman que se puede llegar a un acuerdo

Los países del bloque socialista pretenden, en el transcurso de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE), contraatacar las posturas de los países occidentales, recriminándoles que existe la posibilidad de llegar a un acuerdo fácil "quizá antes de un mes", según una fuente diplomática soviética, para resistir las críticas que se formularon sobre Polonia y la injerencia soviética en este país, "en incumplimiento del Acta Final de Helsinki".De todas formas, el tono de los discursos pronunciados en la mañana de ayer por los representantes de Hungría, Polonia y la URSS tuvo matices diversos, pero con el nexo común de que se prosiguieran los trabajos de la CSCE en el marco de los acuerdos logrados antes de la anterior interrupción, el pasado 18 de díciembre.

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La URSS, a través de su embajador ante la CSCE, Leónidas Illitchev, tuvo los términos más duros para el bloque occidental, y en especial, para Estados Unidos. Sorprendió, al contrario, el tono relativamente moderado del representante polaco, Jozef Wiejacz.

Frente a las versiones de injerencia en los asuntos internos de Polonia esgrimidas por Estados Unidos con anterioridad, Illitchev afirmó en su intervención que la URSS ayuda a Polonia y las injerencias en los asuntos internos de este país "se están produciendo precisamente en el seno de esta Conferencía de Madrid".

El delegado soviético fue el único entre los de la Europa del Este que atacó a EE UU, refugiándose en la defensa de los derechos humanos y criticando el apoyo de Es tados Unidos a los regímenes "de El Salvador, Pinochet y a la agresión de Israel y su decidido apoyo al régimen racista de Africa del Sur". El delegado polaco insistió en su discurso sobre declaraciones anteriores hechas en Varsovia, tanto por él mismo como por su ministro de Asuntos Exteriores, Jozef Czyrek, en el sentido de que "Polonia no se sometería a ser la víctima de la Conferencia de Madrid".

Fue la delegación húngara quien dio la nota más general de la reunión, refiriéndose a la necesidad de llegar a un entendimiento en la Conferencia.

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Tanto los representantes de Budapest como los de Moscú tuvieron apartados especiales para reseñar que la Conferencia sobre Seguridad debe recapacitar sobre las posibilidades de acuerdo, que prácticamente estaban ultimadas en la suspensión del pasado mes de diciembre.

Aun sin mención explícita, se referían al documento de los llamados países neutrales, cuyo texto, a falta de ligeros retoques, parecían dispuestas a aceptar ambas partes hasta que sobrevino el golpe militar en Polonia del pasado 13 de diciembre.

Sobre este último punto -la CSCE debe concentrar sus esfuerzos en la búsqueda de fórmulas de compromiso, y no de ataque a uno o a varios de sus Estados firmantes-, Illitchev insistió afirmando que "la URSS llegaba de nuevo a Madrid con ánimo de continuar la Conferencia positivamente; pero varios países occidentales, y en especial los de la OTAN, querían destruir todos los esfuerzos positivos y a favor de la paz que hasta el momento se han conseguido en la Conferencia de Madrid".

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