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Reportaje:

La autonomía debe llevar implícita la subvención, según la Universidad de Navarra

La Universidad de Navarra, centro propiedad del Opus Dei, espera que la ley de Autonomía Universitaria (LAU) le permita continuar con la labor docente iniciada en 1952, con la autonomía necesaria que la Constitución le garantiza, «y que no es sino una llamada a la responsabilidad». Desde esta perspectiva, la Universidad de Navarra estima que la autonomía debe llevar implícita la ayuda económica necesaria para los centros privados, sistema que se sigue en otros países «con los más diversos sistemas politicos».

Como el resto de las universidades, la de Navarra ha participado en la información que, en su momento, solicitó a todos los centros universitarios el Ministerio de Educación, por lo que considera que no tiene por qué pronunciarse corporativamente sobre el actual proyecto. Sin embargo, y respondiendo a un cuestionario presentado por EL PAIS, la Universidad de Navarra asegura que «espera confiadamente» que la nueva legislación le permita proseguir «lo que ha conseguido ser en sus todavía pocos años de existencia y desarrollo: una verdadera universidad, abierta a cuantos desean formarse en sus aulas, sin discriminaciones económicas o de otros signos, capaz de afrontar con vigor las tareas de investigación científica que requiere la vida universitaria y de ayudar con sus aplicaciones prácticas a las entidades de su entorno social».«Ser, en una palabra, una universidad que pueda realmente cumplir la misión propia de toda universidad, poniendo al servicio de toda la sociedad la autonomía que la vigente Constitución le garantiza, y que no es sino una llamada a la responsabilidad».

Este periódico, sin embargo, intentó obtener de la Universidad de Navarra una respuesta más concreta sobre el proyecto actual, sin conseguirlo. No obstante, y por escrito, la Universidad de Navarra facilitó a EL PAIS una breve nota en la que se hace referencia a una «idea reciente de la universidad» en tomo al tema. En esta nota, la universidad precisa que nadie se atreverá a cuestionar por no ser estatales a tantas universidades que, como la propia del Opus Dei, «desarrollan sus funciones con un bien conocido prestigio nacional e internacional. Y, por este motivo, no son pocos los Estados (con los más diversos sistemas políticos) que entienden que la buena administración de los recursos públicos lleva a sufragarla totalidad o gran parte del presupuesto de estas universidades».

Veintinueve años de docencia

Fundada en Pamplona por Escrivá de Balaguer, presidente general del Opus Dei, la Universidad de Navarra comenzó su andadura en 1952, impartiendo clases en el primer curso de Derecho. El Decreto 2294/1962 la reconoció como universidad y homologó los estudios realizados en ella. Actualmente, la universidad cuenta con facultades de Derecho, Medicina, Filosofía y Letras (divisiones de Filología, Geografía e Historia y Filosofía y Ciencias de la Educación), Ciencias de la Información, Biológicas, Ciencias Físicas, Derecho Canónico y Teología; escuelas técnicas superiores de ingenieros industriales y Arquitectura; escuelas universitarias de Enfermería, Ingeniería Técnica Industrial, y diversos institutos, corno artes liberales, idiomas, estudios superiores de la empresa (IESE), etcétera.Durante el curso 1980-1981 desempeñaron tareas docentes en esta universidad un total de 782 profesores y ayudantes, de los que ochenta pertenecen a los cuerpos estatales de catedráticos y agregados, y 34, al de adjuntos. Además de los 987 médicos, enfermeras y otros profesionales que trabajan en la clínica universitaria, atendieron las tareas no docentes de la universidad otras 337 personas durante el pasado curso.

El presupuesto dé la universidad, según sus propios datos facilitados a EL PAIS, se financia por cuatro conductos: matrículas de los alumnos, ayudas del Estado, aportación de la Diputación Foral de Navarra y colaboración de la Asociación de Amigos de la Universidad de Navarra. Del Estado, la universidad recibió el curso pasado ayudas de dos tipos: una para gastos de capital, por la que percibió, con cargo a los Presupuestos Generales del Estado, diecisiete millones de pesetas, y otra, a través de ayudas a la investigación. Por este último concepto, la Universidad de Navarra percibió, de un lado, 9.600.000 pesetas del Ministerio, y 4.800.000 pesetas del Instituto Nacional de Asistencia y Promoción del Estudiante.

290 millones de la Diputación de Navarra

En virtud de un convenio vigente entre ambas partes, la Universidad de Navarra recibió de la Diputación Foral, para 1981, 290 millones de pesetas que destina a sufragar parte del déficit de los alumnos navarros que estudian en la Universidad, y a subvencionar los centros de música, lengua y cultura vascas y cursos de verano. Sin embargo, la Universidad de Navarra pone de manifiesto, en la respuesta escrita facilitada a este periódico, que «los ingresos fiscales que recibe la Hacienda de Navarra por el conjunto de la actividad universitaria. superan el importe de la subvención que la Universidad percibe de la Diputación de Navarra anualmente».Este año, sin embargo, la ayuda a la Universidad de Navarra no está suficientemente asegurada, por cuanto la posible colaboración económica debe ser aprobada por el Parlamento foral, en donde existen posiciones encontradas respecto al tema. Para la mayor parte de los grupos parlamentarios no se plantea directamente la aportación económica a una entidad privada, sino la cuestión «Opus, sí; Opus, no». Durante los debates sobre los Presupuestos Generales de Navarra, que comenzarán en breve en el Parlamento Foral de Navarra, se debatirá una aportación a la Universidad de 320 millones de pesetas. Existe la posibilidad, remota, de que, por primera vez, la Universidad de Navarra no reciba una subvención directa por parte de la Diputación, si bien, en ese caso, la cantidad presupuestada se entregaría directamente, en forma de becas, a los alumnos navarros matriculados en este centro.

Sin embargo, es una entidad dotada de personalidad jurídica propia, regida por personas que pertenecen al Opus Dei, la que hace frente a la mayor parte del presupuesto del centro de Pamplona: la Asociación de Amigos de la Universidad de Navarra. Esta entidad, con aportaciones de sus 13.000 socios, hace frente aproximadamente a un 25% del presupuesto ordinario de ingresos de la Universidad, y además, dota anualmente de cierto número de becas y ayudas a la investigación. Durante el curso pasado, la Asociación de Amigos estableció 116 becas, por un importe total de 28.925.334 pesetas.

El último capitulo de ingresos corresponde a las matrículas de los alumnos. Según los datos aportados por la Universidad, en el curso 1980-1981 el precio de la matrícula fue de 60.000 pesetas para las facultades humanísticas y de 67.000 pesetas para las experimentales. Sin embargo, la Universidad de Navarra considera que el gasto medio por alumno, es decir, el coste real por plaza, oscila alrededor de las 150.000 pesetas. Este dato indica, en opinión de la universidad del Opus Dei, que existe «una insuficiente dotación económica de las universidades y, también, en la medida en que existe un importante desfase entre el coste real y el precio de las matrículas, una real limitación de la autonomía universitaria en el orden económico». El curso pasado estudiaron en esta universidad, en sus centros de Pamplona, San Sebastián y Barcelona, 8.009 alumnos, de los que 1.700 finalizaron sus estudios, 403 obtuvieron el grado de licenciado y 146, el de doctor.

Sociedades anónimas

De acuerdo con los datos facilitados a este diario, la Universidad de Navarra es una Corporación dotada de personalidad jurídica propia, que recibe el apoyo «moral y económico» de la Asociación de Amigos de la Universidad y que cuenta con la colaboración que le prestan una empresa editorial, Eunsa, y tres entidades inmobiliarias: Inmudensa, Cupsa e Inusa. La Universidad de Navarra explica la existencia de estas sociedades anónimas como medio de canalizar la movilización de capitales y créditos necesarios» para financiar buena parte de las instalaciones que utiliza la Universidad y que ésta, por sí sola, no podría gestionar en el período inicial de crecimiento, que ha requerido y sigue requiriendo importantes inversiones».Por otra parte, la Universidad de Navarra precisa que, «aunque formalmente se trate de sociedades mercantiles, sus accionistas no reciben dividendo alguno, y de hecho, su actuación y fines son los de las sociedades no lucrativas reconocidas en otros ordenamientos jurídicos extranjeros. Ninguna de estas entidades, por otra parte, tiene la mayor participación en el gobierno de la universidad».

La Universidad de Navarra, que el próximo año cumplirá treinta años de existencia, ha sido objeto de dos atentados, en julio de 1980 y junio de 1981, reivindicados por ETA Militar. En las dos ocasiones explotaron importantes cantidades de Goma 2, causando daños en el edificio central por un importe de 350 millones de pesetas. Actualmente, la Universidad de Navarra ha reforzado sus medidas de seguridad, por lo que a la entrada de sus edificios se exige la exhibición del carné de estudiante o del carné de identidad.

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