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MUBARAK, SUCESOR DE SADAT

Estados Unidos advierte a Libia y la URSS que no se aprovechen de la desaparición de Sadat

Estados Unidos coilfirmó ayer su total apoyo a Hosni Mubarak como sucesor del asesinato presidente egipcio, Anuar el Sadat, al tiempo que lanzó una advertencia a Libia y la Unión Soviética contra cualquier intento de aprovecharse de la situación. Así lo recalcó el secretario de estado norteamericano, Alexander Haig, para quien el atentado ha sido obra de un grupo de «fanáticos religíosos». Moscú, a través de la agencia Tass, acusó ayer al Pentágono de interferirsee en «los asuntos internos de los países de Oriente Próximo, especialmente de Egipto», al declarar en estado de alerta preventiva a la fuerzas norteamericanas con base en el Mediterráneo oriental. Israel ha recibido ya suficientes seguridades de que Egipto no dará marcha atrás en el proceso de paz.

ENVIADO ESPECIALLa Asamblea del Pueblo egipcia reunida en sesión extraordinaria, designó ayer tarde al viceprimer ministro, Hosni Mubarak, sucesor del presidente Anuar el Sadat, muerto en atentado el martes. Mubarak, de 52 años de edad, pidió en un mensaje leído al Parlamento que siguiese el procedimiento previsto por la Constitución para la sucesión del jefe del Estado, esforzándose por demostrar -como ya lo hizo el martes en su alocución por televisión y mediante contactos diplomáticos- la continuidad de la política exterior e interna de su país.

En una sesión solemne retransmitida por televisión y masivamente seguida por la población desde lugares públicos, los parlamentarios del Partido Nacional Democrático (PND, gubernamental) y de la oposición tolerada del Partido del Trabajo Socialista (PTS) ensalzaron la memoria del fallecido rais, llegando incIuso a llorar desde la tribuna, como el ministro de Defensa, general Mohamed Abdel Jalim Abu Ghzala, quien declaró ante los diputados: «Hubiera preferido que me mataran a mí, que estaba a su lado». Cinco balas acabaron con la vida de Sadat, quien resultó alcanzado en la sien izquierda, en el pecho, en el cuello, en la pierna y en un brazo.

Abu Ghazala, que también resultó ligeramente herido en un codo durante el atentado del martes, calificó a los autores del asesinato de «altos traidores ajenos a las fuerzas armadas», que «siguen y seguirán siendo el escudo de nuestra nación».

El comando, según declaraciones del propio titular de Defensa y del jefe de la Guardia Republicana a la Prensa cairota, estaba integrado por tan sólo cuatro personas, un militar y tres civiles. El primero, jefe del grupo. era un joven subteniente apellidado Jaled. De los paisanos, uno era oficial de la reserva y los otros dos habían cumplido ya el servicio militar. Según estas informaciones, el comando se había procurado las armas en el sur de Egipto, y el militar había suministrado los uniformes a los tres civiles. Todos los demás participantes en el desfile militar iban desarmados, según se ha comprohado.

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Los asesinos de Sadat pueden ser integristas musulmanes

La sesión de la Asamblea ratificó en realidad la designación de Mubarak, 330 votos a favor y 3 nulos, por la dirección del PND, como futuro jefe de Estado, designación que confirmará, a su vez, un referéndum popular el martes.De los cuatro miembros del comando, tan sólo uno logró salvar la vida, ante los disparos efectuados por los guardias republicanos que intentaron repeler el ataque desde la tribuna presidencial. "La batalla duró menos de 30 segundos. El presidente Sadat creyó que los asesinos iban a presentarle armas", ha explicado el jefe de la Guardia Republicana, general Mahmud el Masri, al diario Al Ahram.

"Tres de los traidores se bajaron del vehículo (ante la tribuna presidencial), Sadat se levantó y en ese momento el cuarto ocupante del camión abrió fuego con una ametralladora, alcanzado de inmediato al presidente". Un guardia intentó proteger al rais con su cuerpo.

Todas las informaciones apuntan a que tras el atentado pudieron estar grupos integristas islámicos, y más concretamente los Hermanos Musulmanes, durante golpeados por Sadat el mes pasado.

Estos se han esforzado durante los últimos meses por infiltrarse en el Ejército y han conseguido algunos éxitos en determinadas unidades, como la obligatoriedad de la oración para los reclutas musulmanes y la imposición del ayuno del Ramadán a todos los soldados, incluidos los cristianos.

Las calles de El Cairo, en vísperas de la fiesta musulmana de bayram, en memoria del sacrificio de Abraham, ofrecen un aspecto tranquilo que contrasta con las escenas de histeria colectiva que se produjeron tras la muerte del presidente Nasser, en 1970.

Hasta el momento, el estado de emergencia decretado el martes, durante un Consejo de Ministros extraordinario y por un año de duración, sólo se ha concretado en el fortalecimiento de la vigilancia en torno a los principales edificios públicos y embajadas y en la puesta en estado de alerta de las tropas estacionadas a lo largo de la frontera con Libia, ante el temor del desencadenamiento de una aventura militar por parte del coronel Muamar el Gadafi.

Las medidas. de seguridad más importantes se han adoptado. en puntos neurálgicos de la ciudad, como la Casa de la Radiotelevisión y el Ministerio de Defensa. Vehículos ametralladores autopropulsados y miembros de las brigadas antidisturbios protegidos por sacos de arena hacen impenetrables ambos edificios. En las calles de al lado, seis camiones con una dotación de doscientos soldados permanecen de retén.

De momento, no es perceptible ninguna tensión especial en la capital. La multitud es menos densa que de costumbre, pero los policías deben canalizar a golpe de silbato, como lo hacen habitualmente, los embotellamientos de tráfico. Por razones de seguridad, todas las reuniones y manifestaciones han sido prohibidas, y los lugares de entretenimiento público (cines, teatros, etcétera) permanecen cerrados durante tres días. La fiesta del sacrificio además se suele pasar habitualmente en familia y la mayoría de las oficinas y ministerios permanecen cerrados. Todo ello contribuye a dar a la capital egipcia un aíre más calmado y silencioso de lo que es habitual.

No ha sido señalada, hasta el momento, ninguna detención en el marco de la investigación iniciada a raíz del atentado, pero las autoridades han ordenado que las ceremonias fúnebres se circunscriban a la lectura del Corán en las mezquitas, dando claramente a entender que no tolerarán una politización antigubernamental de los comentarios de los textos sagrados.

La principal preocupación de los responsables de la seguridad se centra ahora en la organización, el sábado, de los funerales del fallecido presidente y la protección que tendrán que brindar a numerosas personalidades extranjeras, como el secretario de Estado norteamericano, Alexander Haig, o el primer ministro israelí, Menájem Beguin.

Tanto el discurso televisado de Mubarak el martes -en el que declaró que la "democracia y la soberanía de la ley serán mantenidas"- como las intervenciones posteriores de sus subalternos -Butros Ghali, ministro de Asuntos Exteriores, confirmó ayer la continuidad del proceso de paz con Israel-, parecen indicar que no habrá cambios políticos

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