Responsable de la imagen de Nueva York
Robert Moses es en gran medida el arquitecto responsable de esa imagen de Nueva York que hoy tenemos todos. Si bien no fue el padre de la famosa trama en cuadrícula, su nombre aparece en toda gran operación de renovación que tuviese lugar en aquella ciudad en las décadas de los cincuenta y los sesenta, desde su participación en el palacio de las Naciones Unidas (terminado en 1950) hasta el complejo cultural del Lincoln Center, puesto en funcionamiento total en 1968.Para Sigfried Giedeon la actividad y el entusiasmo de Moses sólo encuentra paralelismo con el barón Haussman en el París del siglo pasado,
Cuando hoy estamos todos los ciudadanos tan inmersos en la polémica de la renovación de la ciudad, de la recuperación de los centros históricos y tan afectados por los atentados a la imagen urbana, la personalidad y la obra de Moses que, vista paso a paso y con detalle, no ha significado una contribución específica a la historia de la arquitectura, aparece siempre como la de un hombre que fue capaz de dirigir una estrategia para conseguir una forma urbana concreta más allá de la anécdota o el gesto formal.
En algún momento he reflexionado sobre si Nueva York, su silueta, es hija del sueño o de la especulación. En cualquiera de los dos casos, errores, vinculaciones económicas y pretensiones personales aparte, Robert Moses está detrás.
