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Parte de la familia Picasso no considera que España ofrezca las condiciones idóneas para recibir el "Guernica"

Mientras el cuadro Guernica, de Picasso, reposa en las dependencias del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA) y el Casón del Buen Retiro se apresta a recibir la célebre obra, cuando ésta sea trasladada a Madrid en el curso de este año, surgen diversas dificultades para que se efectúe ese traslado con rapidez y sin problemas. Tales dificultades derivan de la actitud, principalmente de un miembro de la familia Picasso, Maya, hija del pintor, que considera que en España no se dan aún las condiciones democráticas que deseaba el artista para su país. Picasso quería que el cuadro se instalara en el Museo del Prado cuando aquí dominara una situación efectiva de democracia y libertad. El Gobierno español quiere que la obra esté en Madrid en los primeros meses de este año.

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Según ha podido saber EL PAIS en medios oficiosos de Nueva York y de Madrid, el Museo de Arte Moderno de la primera de las ciudades citadas necesitaría un acuerdo completo y afirmativo de los herederos sobre el traslado del lienzo a la capital de España.De acuerdo con esas informaciones oficiosas, el Ministerio de Cultura español está en negociaciones con los distintos miembros de la familia de Picasso para lograr la mayoría o la unanimidad. Hace unos días, un representante del citado departamento, Javier Tusell, director general de Bellas Artes, se entrevistó en Francia con algunos de los familiares más directos de Pablo Picasso y el desacuerdo no pudo ser eliminado. El Gobierno español busca ese acuerdo por todos los medios, porque no desea que el traslado de este cuadro, que simboliza uno de los hechos más dramáticos de la guerra civil española, sea fuente de polémicas.

Si la unanimidad no existiera o si fuera imposible lograr una mayoría, el MOMA podría considerar como deber suyo retener allí el cuadro hasta que estime la familia que tales circunstancias han variado. Si se produjera esta retención -nuestras fuentes .consideran que esta es una posibilidad, de iodos modos, remota-, la discusión sobre el traslado del Guernica a España llegaría incluso a los más altos tribunales internacionales.

Ayer, Javier Tusell no desmintió ni afirmó los rumores sobre las dificultades surgidas para lograr ese acuerdo general sobre las condiciones del traslado del cuadro y se limitó a precisar la actitud del Gobierno español en estos términos: «Desde luego, el Estado español ha mantenido contactos con los varios herederos del pintor, al objeto de conseguir el acuerdo de todos o la mayoría de ellos respecto a las modalidades de la venida a España del Guernica.».

Los familiares más directos de Pablo Picasso con los que ha tenido contactos la Dirección General de Bellas Artes son los hijos del artista, Marina, Paloma, Claude y Maya; su última esposa, Jacqueline, y el nieto de Picasso, Bernard. En contra de la opinión de Jacqueline, favorable al traslado del Guernica, se ha manifestado Maya, la hija de Marie-Therese Walter y Pablo Picasso.

Silencio en el MOMA

Cualquier turista español que viaje a Nueva York puede todavía visitar el célebre cuadro de Pablo Picasso, el Guernica, en el Museo de Arte Moderno de la ciudad neoyorquina. En contra de lo previsto, el Guernica continúa en el MOMA, sin que sea posible confirmar si será trasladado y cuándo a España, informa Ramón Vilaró, desde Washington.

«Nada ha cambiado. Esperamos la decisión del Gobierno español y del notario de los herederos de Picasso», se limitan a decir en el servicio de Prensa del museo. Los partavoces evitan confirmar o desmentir los rumores de que los herederos del pintor malagueño pongan en duda la validez del principio de que en España haya realmente un régimen democrático, junto con la cláusula verbal manifestada por el pintor a varios amigos íntimos de «un régimen democrático republicano». «No tenemos informaciones sobre este punto», dicen en el MOMA.

Tampoco es posible averiguar cuánto tiempo será necesario, una vez resueltos los problemas, centrados, al parecer, en los herederos, para trasladar el cuadro a España. En principio, el MOMA afirmó que desde el 1 de octubre de 1980, fecha en que concluyó la retrospectiva Picasso en el popular museo neoyorquino, el Guernica pasaba a disposición del Gobierno español para llevarlo a Madrid. Sin embargo, problemas nunca aclarados por ninguna de las partes interesadas -los herederos, el Gobierno español y, en menor medida, el museo- obligan a viajar a Nueva York para ver el Guernica.

Historia de una negociación

Ya en 1968, el propio Franco sugirió la instalación del Guernica en el Museo del Prado. El 6 de diciembre de 1973, el almirante Carrero Blanco escribió a Florentino Pérez Embid, entonces director general de Bellas Artes, para que iniciara las gestiones necesarias con el fin de recuperar la obra de Picasso depositada en préstamo por voluntad del artista en el Museo de Arte Moderno de Nueva York desde 1939. El ministro Villar Palasí inició las primeras negociaciones a nivel diplomático sin ningún resultado.

Antes de las elecciones generales de 1977, el abogado de la familia Picasso, Ronald Dumas, hizo público el documento que confirma lo que Pablo Picasso había dicho en varias ocasiones: el Guernica y sus bocetos «pertenecían a la República española, pero su transferencia a España sólo podía contemplarse tras el completo restablecimiento de las libertades individuales en este país».

El entonces ministro de Hacienda, Fernández Ordóñez, fue el primer representante del Gobierno español que trató directamente el asunto del regreso a España del Guernica en su visita al museo de Nueva York, en marzo de 1978. Poco después, en mayo de ese mismo año, Pío Cabanillas, ministro de Cultura, expresó su satisfacción ante la resolución del Congreso de Estados Unidos de apoyar la devolución del simbólico cuadro de Picasso a España.

Por esas fechas, cuatro ciudades reclamaron la posesión del Guernica. Además de Madrid, Barcelona, que aduce la existencia del Museo Picasso, único en España; Málaga, como lugar de nacimiento del pintor, y, naturalmente, la propia Guernica. Jacqueline Picasso, en una carta a Adolfo Suárez, escribe que su marido había dicho siempre que el Guernica debería ir al Museo del Prado.

A finales de septiembre del año pasado, Javier Tusell, director general de Bellas Artes, puso fin a la pugna al declarar que será el Casón del Buen Retiro el lugar destinado a albergar la obra.

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