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Mayor intervencionismo de los Gobiernos en la política universitaria de los años ochenta

A lo largo del decenio en curso, los Gobiernos miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) adoptarán políticas más intervencionistas en la enseñanza superior, como consecuencia, sobre todo, de factores ligados a la crisis económica y al desempleo. De manera más global se trataría de ajustar al máximo la enseñanza universitaria a las necesidades específicas de las sociedades industrializadas, según informaron ayer, al final de los trabajos, en la sede parisiense de la OCDE, los expertos de los veinticinco países de la organización, reunidos para preparar la conferencia que se celebrará sobre esta cuestión en 1981.

Durante las primeras semanas del próximo verano de 1981, los países de la OCDE se reunirán en París, en el castillo de la Muette, sede de esta organización, en una conferencia intergubernamental sobre las políticas de la enseñanza superior en los años ochenta. Para ultimar los detalles de esa cumbre sobre la universidad, organizada por el instrumento económico que es, por esencia, la OCDE, ayer y anteayer se reunieron los expertos de los países miembros. Entre ellos figuraba, por parte española, el secretario general técnico del Ministerio de Universidades, Alberto Gutiérrez Reñón, que valoró para EL PAÍS la conferencia de 1981: «Entiendo», dijo Gutiérrez Reñón, «que lo más importante de esa conferencia es, en primer lugar, que la organice la OCDE y, acto seguido, que los problemas de la universidad se estudien a la luz de las necesidades del desarrollo económico de los países de esta región industrializada del mundo que abarca la organización». En pocas palabras, la temática de la conferencia se centra en el hecho de que los Gobiernos del área de la OCDE van a proceder a un reajuste del funcionamiento de la enseñanza superior, con el fin de adaptar esta última, en la medida máxima posible, a los problemas nuevos generados por el desarrollo económico, por la crisis y por el paro; es decir, teniendo en cuenta los componentes económico y social de estos países. Los participantes en los trabajos de los últimos dos días saben que sus conclusiones se confrontarán con un vendaval de críticas tendentes a probar que el dinero intenta «domesticar» el saber y la cultura.

Capacidad de adaptación

Esta amenaza no amedrenta, ni mucho menos, a la OCDE, que subraya: «La mayor parte de los análisis políticos y económicos de las relaciones entre la enseñanza y la sociedad, en general, parten del convencimiento de que esas fuerzas internas son de naturaleza esencialmente conservadora o son mecanismos de defensa que se oponen a las presiones progresistas o innovadoras que vienen del mundo exterior». Por otra parte, los expertos de la OCDE estiman que la universidad, en otros momentos de la historia, ya ha dado pruebas de su capacidad de adaptación.Según quedó ayer establecido, al final de los debates del grupo de trabajo, la conferencia va a centrar sus discusiones en tres temas concéntricos: el acceso a los estudios superiores, las nuevas relaciones entre la educación y el empleo y, en tercer lugar, el papel que deben jugar los Gobiernos en la enseñanza superior; es decir, en la autonomía universitaria, financiación y gestión.

Complementaria de la importancia de la temática de la conferencia lo es la que se le da a los participantes de la misma. Los trabajos ultimados ayer dicen que los participantes sean escogidos «entre los altos funcionarios de los países miembros que son directamente responsables de la política y de la planificación de la enseñanza superior». Y se añade que «sería muy útil que esos funcionarios sean acompañados de representantes del mundo universitario, de las empresas y de los organismos profesionales que se interesan por los diversos puntos que se van a tratar en la conferencia».

En resumen, el control de acceso a la enseñanza superior, ligado a las posibilidades de empleo y de financiación, más la participación de los empresarios en la remodelación de la enseñanza universitaria, serán las dos características que perfilarán el futuro.

Esta conferencia intergubernamental se produce en el momento en que en la mayor parte de los países de la OCIDE se procede a un examen profundo de la política de la enseñanza universitaria. Ello se debe a un clima general de incertidumbre, ligado a la evolución demográfica y a las perspectivas económicas y sociales.

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